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Capellán habla, ante la mirada de Concha Andreu, en la sesión de investidura del primero Juan Marín
La Rioja, del rojo al azul
Un año de... política

La Rioja, del rojo al azul

Las elecciones de mayo devolvieron el poder territorial al PP tras los cuatro años de Concha Andreu, pero los socialistas consiguieron resistir en los comicios de julio

Pablo Álvarez

Logroño

Martes, 26 de diciembre 2023, 20:03

Dos cambios de gobierno en cuatro años, tras dos décadas de casi monopartidismo. O un interludio socialista en un domino conservador incontestado. Dos maneras en fin, de ver el mismo fenómeno: 2023 ha finiquitado con el gobierno del PSOE en La Rioja, que duró sólo cuatro años, para devolver el dominio territorial casi absoluto al PP tanto en la comunidad como en los ayuntamientos.

El año político que ahora acaba venía sobrecargado, y en forma de combate en dos asaltos. El primero fue un KO sin paliativos, con un PP avasallador. Pero el segundo, en julio, fue algo menos azul: el PSOE consiguió un resultado apañado y salvar los muebles a nivel nacional. De modo que, al final, ambos llegan a diciembre con la posibilidad de dibujar un balance positivo plausible.

Pero en la pelea por el palacete de Vara de Rey no hubo color. Gonzalo Capellán desalojó a Concha Andreu con el poder de una mayoría absoluta incontestable, ayudada sin duda por los elementos. Los 'populares' superaron los 75.000 votos, 21.000 más que en las elecciones de 2019. Un subidón porcentual sobresaliente (del 33 al 45%) que se apoya en dos muletas.

Parlamento

de La Rioja

PSOE 12

PP 17

4

15

VOX 2

2023

POD+IU 2

12

2

CS 4

PSOE 15

PP 12

4

15

POD+IU 2

12

2019

2

Parlamento

de La Rioja

PSOE 12

PP 17

4

15

VOX 2

2023

POD+IU 2

12

2

CS 4

PSOE 15

PP 12

4

15

POD+IU 2

12

2019

2

Parlamento

de La Rioja

PSOE 12

PP 17

4

15

VOX 2

2023

POD+IU 2

12

2

CS 4

PSOE 15

PP 12

4

15

POD+IU 2

12

2019

2

Una, la desaparición de Ciudadanos. Los naranjas certificaban aquí igual que en todas partes su defunción política. Tremenda por lo repentina: pasar de cuatro escaños a cero, de casi 20.000 votos a menos de 1.500. Un capital político que aparentemente pasó intacto a engordar el de Capellán en forma de un empujón definitivo.

La segunda pata que cimentó la mayoría absoluta de Capellán fue que Vox llegó... pero no mucho. El partido ultraderechista entraba en el Parlamento de La Rioja, pero solo con dos diputados que les dejaban fuera de su principal objetivo político, que era pisar los despachos del gobierno de La Rioja y condicionar al PP.

Por el otro lado, en el bloque de la legislatura anterior (PSOE-Unidas Podemos) el partido de Concha Andreu perdía pie y capacidad de pacto, dejándose tres de sus quince escaños. Porque, curiosamente, sus socios de la izquierda consiguieron más que en la mayoría de las otras comunidades en liza. Henar Moreno y compañía estuvieron coqueteando peligrosamente en la noche electoral con la barrera del 5%, esa que les hubiera dejado fuera, pero finalmente la saltaron: un 5,07%, una pérdida de 2.300 votos que les permitía en todo caso mantener sus dos escaños.

Espera interna

Los resultados de una elección autonómica suelen pesar como losas en la situación interna de los partidos. Que se lo digan al PP riojano, que no se restableció de la derrota del 2019 hasta finales del 2021, a tiempo justo para que Capellán se hiciera con las riendas. Que ahora, ya asentado en su despacho presidencial, parece tener cogidas con mano de hierro.

En el PSOE, la derrota de mayo acabó de facto con el mandato de Concha Andreu (realojada en el cementerio de elefantes senatorial) al frente de los socialistas riojanos. Pero las elecciones de julio y el aguante de Sánchez en La Moncloa han quitado urgencia al asunto. La carrera por la sucesión de Andreu está lanzada, pues. Hay dos nombres que parecen naturalmente lanzados a esa puja: por un lado, el alcalde de Arnedo (único gran municipio que sigue siendo socialista) y portavoz parlamentario, Javier García. Por otro, la secretaria general del PSOE riojano, María Marrodán. Tiempo habrá para medir el peso de uno y otra.

Mientras, en el resto de los partidos hay compás de espera. El primer término de la ecuación Podemos-IU parece haber básicamente desaparecido de la luz pública, sobre todo después de que renunciara el diputado 'morado' Raúl Pérez y, así, los dos diputados de la calición recayeran en IU. Los ecos de la ola de ruptura entre Podemos y Sumar a nival nacional aún no han llegado a La Rioja, y es difícil saber dónde llegarán.

Lucha regionalista

Vox ha quedado reducido a un papel forzadamente secundario, solo necesario en algunos ayuntamientos pero sin entrar en ninguno de peso. Poca cosecha para las exectativas de los de Abascal en La Rioja, que siguen manteniendo un perfil muy bajo y sin que destaque ninguna cabeza visible.

Aparte queda el espacio regionalista. La aparición de Por La RIoja no cuajó en el Parlamento (sí en algunos municipios) y es dudoso su futuro institucional, sobre todo tras la salida del foro de su principal activo, Alberto Bretón.

Pero PLRi sí perjudicó claramente el alcance del tradicional PR+, a quien la unión con España Vaciada tampoco dio ningún impulso. Ambos, junto con el aún más mayoritario Vinea, pelean por un espacio tremendamente menguante, y más vista la polarización de la vida política española. Demasiadas listas para un perfil, el conservador-regionalista, que cada vez pesa menos en las elecciones locales.

En todo caso, todas esas recomposiciones internas pendientes tienen un escalón, secundario pero siempre presente, en junio. El día de La Rioja, qué casualidad, se celebrarán las elecciones europeas, que a falta de mayor peso interno, servirán al menos para seguir calibrando cómo están los partidos un año después de esta doble vuelta electoral del 2023.

El PP se queda con (casi) todo el poder en las cabeceras

La misma ola azul que aupó a Capellán al palacete llevó a su partido a recuperar como una apisonadora el poder en las comarcas riojanas. Al menos, en las cabeceras: sólo Arnedo aguantó, aunque los socialistas perdieran su mayoría absoluta.

Pero ahora mismo, el mapa de los municipios más importantes es clarificador: el PP gobierna en Calahorra, Haro, Lardero, Villamediana, Santo Domingo, Nájera y Cervera y los socialistas se conforman con el ya mencionado Arnedo y con Torrecilla.

Por detrás, el recién llegado Por La Rioja hizo valer el empujón dado por la facción «díscola» del PR+ en los municipios, siendo el más votado en una decena de ellos. Lo que ganó el grupo creado alrededor de Bretón lo perdió pues el regionalismo tradicional, que sólo fue el más votado en dos municipios, Viniegra y Nieva.

Por detrás del vuelco azul y los partidos más o menos comunes, queda siempre la aparición de las plataformas independientes (hasta ocho de ellas vencieron) y los alcaldes eternos: ocho no han cambiado en los 44 años de democracia.

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