La Rioja probará un sistema con sensores, vallasy feromonas contra los accidentes con animales

«Nos preocupa cada día más porque hay un número importante de accidentes. Concretamente en la red autonómica se contabilizaron el año pasado 264 y este año vamos a cerrar con unos datos similares», admite Vicente Urquía, director general de Infraestructuras, quien se felicita porque «es verdad que estamos teniendo la suerte de que no ha habido daños personales por víctimas mortales ni heridos graves, pero sí importantes materiales».

Desde Infraestructuras se trabaja desde hace meses en analizar la situación real y para ello se estudian los informes trimestrales encargados a Daniel Herrero Ingenieros para mantener un seguimiento permanente. «A la espera de recibir el informe correspondiente al segundo trimestre, lo que sí hemos detectado ya en el estudio de enero a marzo es que hay varios tramos de carreteras regionales con especial incidencia de este tipo de siniestralidad».

Aunque el criterio establecido por la Dirección General de Infraestructuras para señalizar las vías riojanas por presencia silvestre es que se produzcan al menos dos accidentes en un tramo de tres kilómetros en un periodo de tres años, ese primer informe ya ha permitido detectar tres tramos de alta siniestralidad. En concreto, se trata de la LR-111, entre los puntos kilométricos 15,100 y 16,000, en la zona de Ojacastro y Santurde, donde hubo cuatro accidentes, tres jabalíes y un ciervo; la LR-123, en el punto kilométrico 13,000, en Valverde, con dos accidentes -un jabalí y un zorro-; y la LR-280, en Pradejón, entre los puntos 1,200 y 1,500, con tres siniestros con jabalíes.

«Además de instalar señalización en el caso del tramo de la LR-280 en Pradejón, donde no existe, hemos decidido dar un paso más y buscar medidas para reducir la accidentabilidad viaria, reforzar la seguridad de las personas y, a la vez, proteger a los animales para evitar que mueran o acaben heridos. Por eso vamos a poner en marcha una experiencia piloto, que ya se ha probado en Castilla y León con buenos resultados, y que se instalará en el primer trimestre del próximo año en uno de esos tres tramos», avanza Urquía, a la espera de la conclusión del análisis de diversas variables, incluida la intensidad de tráfico, para elegir el lugar.

Una vez decidido el tramo, se instalarán en él vallas en ambos márgenes de la vía pero con un espacio abierto en un punto determinado para el paso de los animales, a los que se 'guiará' mediante productos químicos o feromonas que impregnarán varias áreas a lo largo de dicho perímetro. A la vez se implantarán una serie de sensores capaces de detectar la presencia de animales en las proximidades de la carretera que activarán unas señales luminosas que sirven de alerta a los conductores, similares a las que avisan de la presencia de ciclistas en algunos tramos.

«El coste de la instalación no es excesivamente caro, se ha estimado en unos 40.000 euros, al que hay que añadir el de conservación, por ejemplo para la renovación de los productos químicos», resume el director general de Infraestructuras, que avanza que «la idea es licitar en el primer trimestre del año un primer contrato en este sentido, que podría estar en marcha en marzo o abril».

El proyecto tiene el apoyo de la DGT, según admite la jefa de Tráfico en La Rioja, Beatriz Zúñiga, que resalta que la coordinación con el Ejecutivo regional es «permanente». La intención es que si el sistema da buenos resultados, se pueda instalar en otros tramos de la red viaria riojana con alta siniestralidad. «Estamos ante un grave problema que no es nuevo, pero que sí que ha crecido extraordinariamente en los últimos años y que, aunque ahora parece estabilizado, se ha generalizado», concluye Urquía.