Justo Rodríguez
Comparativa con las comunidades del entorno

La Rioja empieza a perder el Norte

La región puede sacar pecho en seguridad y pluralidad, pero pincha en número de ricos, en salarios, en sanidad... y en las consabidas comunicaciones

Carmen Nevot

Logroño

Domingo, 14 de julio 2024, 08:08

Si está leyendo estas páginas desde la comunidad que lleva el nombre de la cabecera de este medio, sin duda, es uno de los más afortunados de este país. Se encuentra usted en la segunda región con mejor calidad de vida, sólo por detrás de ... nuestros vecinos navarros que lideran la clasificación. Este territorio tiene una puntuación de 104,45 puntos en el Índice Multidimensional de Calidad de Vida del INE que interrelaciona indicadores como el trabajo, la educación, la seguridad y el ocio para concluir en qué regiones merece más la pena echar raíces para vivir bien.

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Ahora bien, esto sería así al menos en la teoría porque en la comparativa de La Rioja con las comunidades con las que comparte frontera, según los parámetros escogidos por este diario, somos del montón. No estamos en la Champions League, pero tampoco para jugar una pachanga de barrio. No somos los que más cobramos, para saldar la deuda pública de la comunidad algunos de nosotros tendríamos que hipotecarnos y las probabilidades de ser rico, tener un familiar que viva en la opulencia o conocer a alguien que amase una fortuna es más complicado que encontrar una aguja en un pajar. Eso sí, vivimos un montón y casi somos la comunidad más segura de España, aunque también aquí hemos perdido puestos en los últimos años.

Y como no se puede desatar un nudo sin saber cómo está hecho –así lo decía Aristóteles–, vayamos por partes. ¿Destaca en algo La Rioja? La respuesta es sí, pero no para bien. En uno de los indicadores que precisamente en época estival cobra especial relevancia, esta comunidad ocupa el último lugar. En gasto sanitario público por habitante estamos por detrás del País Vasco, Navarra, Castilla y León, Aragón e incluso que la media nacional. En 2022, según la última estadística del Ministerio de Sanidad, esta región invirtió 1.714 euros por paisano, 428 menos que los vascos que encabezan el ranking, e incluso 55 euros menos que lo que se gasta de media por usuario en el conjunto nacional.

Otro de los parámetros relacionados con la salud es el de médicos por habitante y aquí, siempre según la estadística oficial del departamento de Mónica García, tampoco estamos para tirar cohetes. Hay 82 galenos por cada 100.000 riojanos, muy lejos de los 110 de Castilla y León. Sólo están en peor situación en el País Vasco, con 77 facultativos.

Si acercamos la lupa a otros valores la conclusión es muy similar. Según las estadísticas del Ministerio de Educación con datos de 2022, La Rioja invierte en educación por alumno 7.121 euros, que divididos por los 175 días lectivos, suponen una inversión diaria por pupilo de 40,6 euros. Lo positivo es que estamos por encima de la media en gasto, 499 euros más, pero algunos de los territorios lindantes nos sacan una abultada ventaja. El País Vasco vuelve a liderar la tabla, con más de 3.000 euros de diferencia con nuestra comunidad y a algo más de 1.700 de distancia de Navarra, que ocupa el segundo lugar en el podio.

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Vinculado o no con esta variable, en el tema de la enseñanza hay otro dato especialmente sangrante y es la tasa de abandono escolar temprano, es decir, el porcentaje de personas de 18 a 24 años que no ha completado la educación secundaria de segunda etapa. En esta región, 9,4 alumnos de cada cien lo deja antes de acabar, o dicho de otro modo, uno de cada diez da carpetazo a los libros. Navarra y País Vasco mejoran también este índice, aunque en esta ocasión ni Castilla y León ni Aragón ni la media nacional nos aventajan. Al contrario, en este caso La Rioja puede sacar algo de pecho.

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En atención a los más desfavorecidos, ayudas a los mayores y menores, la región también tiene algo de músculo. Con 495 euros de inversión por habitante no llega a encabezar la clasificación, pero en la comparativa con nuestros vecinos ocupa un nada desdeñable segundo puesto.

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Más allá de que las inversiones en educación, sanidad, servicios sociales sean mayores y menores en esta foto fija que ofrecen las estadísticas de los ministerios implicados, el verdadero talón de Aquiles de La Rioja son las comunicaciones. Pocos ignoran las dificultades para poder viajar en tren o en avión desde la capital a prácticamente cualquier punto del país en un tiempo competitivo, pero lo que no parece tan obvio a la vista de las estadísticas que ofrece el Ministerio de Fomento, es que viajar en vehículo propio no es fácil sin pagar peaje.

En la ratio de kilómetros de vías de grandes capacidades, que incluye autopistas, autovías y carreteras multicarril, por cada 1.000 kilómetros cuadrados, estamos, como se puede ver en el gráfico que ilustra estas páginas, en una situación bastante peor que País Vasco, Navarra y Castilla y León, y un poco mejor que Aragón. Pero si el análisis se hace teniendo en cuenta exclusivamente los kilómetros de autovía, La Rioja no sólo no está peor que nuestros vecinos, sino que es el territorio con menos kilómetros con este tipo de vías de todo el país y, sin embargo, tiene más kilómetros de autopista que Cataluña, la Comunidad Valenciana, Principado de Asturias, Murcia, Aragón y sólo once menos que Andalucía cuya superficie es diecisiete veces superior a la de esta comunidad.

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Es este su punto más débil. Las infraestructuras no acompañan y lastran otros indicadores, pero desde luego no el de la esperanza de vida, que, mes arriba, mes abajo, es muy similar en las comunidades del entorno. Somos igual de longevos que nuestros vecinos y como ellos superamos de largo los 83 años de vida. Eso sí, somos más plurales, y ganamos a todos en porcentaje de población extranjera.

No obstante, los riojanos viven el mismo tiempo pero con menos. Así se puede deducir de otro de los indicadores analizados, el coste salarial. En este caso la diferencia es notable porque la nómina media de un trabajador de esta comunidad apenas supera los 1.900 euros y basta cruzar la muga con Álava para que, según la estadística del coste salarial del INE, la media se eleve a 2.500 euros. Sólo los empleados de Castilla y León cobran un poco menos (1.890).

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Pese a los bajos salarios en comparación con nuestro entorno el número de ricos es superior aquí que en Castilla y León y en País Vasco. De acuerdo con la estadística de los declarantes del impuesto sobre el patrimonio de la Agencia Tributaria, 2.482 riojanos pagaron un impuesto al que de momento –el presidente Gonzalo Capellán ha anunciado su eliminación esta legislatura– están obligados los contribuyentes cuya base liquidable (total de bienes y derechos menos deudas) resulte superior a 700.000 euros o cuando, si no se da esta circunstancia, el valor total de sus bienes y derechos resulte superior a 2 millones de euros. Teniendo en cuenta el número de declarantes y la población total, se puede decir que 8 contribuyentes de cada 1.000 en esta comunidad pueden ser considerados ricos. En Aragón hay 12 por cada 1.000 y 11 en Navarra. Paradójicamente en el País Vasco, que tiene un sistema fiscal propio, lo mismo que Navarra, hay menos ricos que en esta región.

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