«El PP de La Rioja se ha convertido en el peor PSOE»

- ¿Cómo afronta la jubilación?

- Es el momento de la jubilación laboral, lo que no quiere decir que abandone la política. Ni mucho menos. Estaré ahí siempre que el partido me necesite y me lo pida. Pero no me voy a retirar a mi casa. La situación del partido requiere que alguien como yo tenga voz. Humildemente, hasta ahora la única persona del PP que ha ganado elecciones autonómicas he sido yo. Y eso da una experiencia, curtida también en momentos difíciles. Cuando yo cogí el partido, estaba profundamente dividido, pero logramos unirlo y conseguimos cuatro mayorías absolutas.

- Veo que usted, al contrario que Rajoy, prefiere ser un expresidente intervencionista.

- No, no. Yo no voy a intervenir porque sí. Soy un militante de base. Es más, a mí, cuando dejé voluntariamente la presidencia del Gobierno riojano, se me ofreció estar ocho años en el Senado. He estado cuatro. Cuando llegaron las últimas elecciones generales, pedí ir en las listas para el Senado y se me dijo que no. No dije nada. Siempre he sido leal a la dirección de mi partido.

- Su antecesor en el Gobierno de La Rioja, José Ignacio Pérez Sáenz, es ahora delegado del Gobierno. ¿Usted cierra la posibilidad de volver a ejercer un cargo público?

- No, siempre y cuando sea útil y vea que tengo la posibilidad de hacer algo. Yo no aspiro a tener un cargo porque sí, sino para desarrollar un proyecto. Cuando cogí la presidencia del Gobierno de La Rioja tenía un proyecto que desarrollar. En primer lugar, darle fuerza e identidad a la región, con San Millán de la Cogolla; y, en segundo término, el desarrollo estatutario. Y eso ha transformado La Rioja.

- ¿Con qué presidente español se llevó mejor?

- El otro día estuve en el Congreso y me saqué una foto con los cuatro presidentes con los que he trabajado: Felipe González, Aznar, Rajoy y Zapatero. Con Felipe coincidí un año y fue cuando firmamos las transferencias universitarias. Con Aznar avanzamos muchísimo, hicimos de San Millán una referencia... Con todos he tenido una muy buena relación. Guardo un grato recuerdo de los cuatro.

- Pero digamos que usted es más aznarista que marianista.

- Yo soy un 'producto' de Mariano Rajoy. Fui presidente por Rajoy, que entonces era vicesecretario del partido y fue quien me animó a coger las riendas cuando aquí vivíamos malos momentos. Me siento más cerca de Rajoy que de Aznar, quizá porque es el último con el que he estado.

- Usted cogió un PP dividido y deja un PP dividido.

- No, no, no. Yo construí un partido cuando no éramos nada. De los diez parlamentarios nacionales, nosotros teníamos siete y el PSOE, tres. Ahora es el PSOE el que tiene siete, nosotros tenemos dos y Ciudadanos uno. Yo dejé una presidenta del Parlamento del PP, un delegado del Gobierno... El partido estaba en todas las instituciones cuando yo me marché. No me cargue a mí con la responsabilidad de lo que ha quedado. Nos hemos convertido en el peor PSOE de La Rioja. En las elecciones autonómicas del 2015, saqué 20.000 votos más que el PSOE y ahora el PSOE nos pasa 10.000 votos. Dejé un partido que era hegemónico en La Rioja y ahora no lo es. Ese análisis hay que hacerlo, con prudencia y sin confrontación, pero hay que hacerlo. El camino por el que vamos no es el adecuado.

- Pero mucha gente sí que sitúa en usted el germen de la división que ha partido al PP en dos familias.

- Lo que digan los demás... La dirección del partido es la que tiene la capacidad de tomar las decisiones y de buscar la unidad y no la división.

- ¿Se equivocó al entregar el partido a Ceniceros?

- Yo no voy a hablar contra nadie, pero las circunstancias y los resultados están ahí. El resultado de una acción política está medida en votos y en poder, y en estos momentos hemos perdido en todo.

- ¿Y por qué se ha producido eso?

- Creo que ha querido separarse y romper con todo lo anterior en lugar de apoyarse en lo que se había hecho bien. Se ha buscado más la división que la unidad. Eso es un error. Los adversarios no están en tu casa; están fuera. Vamos a ser la única comunidad en la que el PP no tiene ni opciones de gobernar. Además, tenemos un problema de proyección: jamás se ha hablado tan poco de La Rioja. Hay que tomar impulso, hay que hacerse valer.

- ¿Pero por qué se apostó entonces por Ceniceros?

- Fue una salida de conveniencia. Ahí se habló de un periodo de cuatro años. Yo siempre fui partidario, y está recogido por los medios, de la necesidad de una renovación... Pero eso es agua pasada.

- En lugar de designar directamente a un sucesor, usted decidió entonces abrir un proceso más complejo. ¿Se arrepiente?

- No se trata de arrepentimiento. Fue una decisión colegiada en la que yo tuve menos participación que el resto. Me parecía más importante compartir esa decisión que tomarla yo solo. Que cada uno asuma ahora su responsabilidad. Lo cierto es que, cuatro años después, el resultado no es el mejor.

- Usted pudo seguir gobernando en La Rioja cuatro años más, aunque en minoría. ¿Le asustó, le incomodó? ¿Por qué decidió irse?

- Influyeron muchas cosas. Una, que la condición que ponía Ciudadanos era que la presidencia del Parlamento debía ser para el PSOE. A eso no estaba dispuesto. Además me hubiera resultado díficil tener un gobierno de coalición después de tantos años de mayoría absoluta. Y también vi la oportunidad de la salida de mi propio partido, que en algún momento tenía que llegar. Esos tres elementos fueron básicos.

- Si en La Rioja hay que repetir las elecciones, ¿debería el PP presentar al mismo candidato?

- Esas hipótesis... Sería aventurar algo que está todavía en veremos. Cuando llegue el momento, la dirección del partido asumirá lo que estime más conveniente.

- ¿Se ha sentido usted dolido o incluso traicionado por su propio partido, por el resultado del Congreso del Riojafórum?

- En absoluto. Yo no guardo rencor. A veces en la vida aparece la miseria humana. Todas las personas que ahora están en la dirección del partido han nacido conmigo en política y todas han podido compartir puestos de poder estando yo como presidente. Lo que a partir de ahí haga cada uno es una decisión muy personal. Lo único que me preocupa es que es hay un número muy importante de personas en mi organización que entró en el partido en el poder y eso tiene un riesgo: el PP debe sustentarse sobre las personas que son del PP y que lo son en los momentos buenos y en los malos; no sobre aquellos que solo han venido al calor del poder. Ese es un riesgo que hay que valorar.

- Pero supongo que algún caso de desafección sí le habrá afectado.

- Esas son las miserias humanas a las que me refería... Incluso las entiendo. Cada uno sabrá lo que busca. Pero no voy a señalar a nadie.

- ¿Le sorprendió que Ceniceros, todavía presidente, ocupara una vicepresidencia del Parlamento riojano?

- Eso ha sorprendido a mucha gente. La imagen por sí misma se define, no la voy a valorar.