Rincón llora con Ana

Sobre las dos menos cuarto de la tarde, los rinconeros procedían a ocupar la carretera durante unos cinco minutos y gritaban una consigna en forma de deseo de parte de todos los riojanos: «Queremos una carretera y no un cementerio». Curiosamente los primeros vehículos en parar, a uno y otro lado, eran dos camiones. «Los que no tendrían que circular desde el mes de septiembre según los políticos», advertía uno de los muchos rinconeros que se acercaron hasta la concentración.

Todo había empezado pocas horas antes con un mensaje de whatsapp: «Respetemos el día de luto junto a la familia... pero mañana jueves 5 de octubre nos unimos por la causa en Rincón de Soto en los aparcamientos del polideportivo municipal a las 13.30 horas para disponernos a cortar la carretera nacional a pie y provistos de nuestros chalecos reflectantes».

El mensaje llegó prácticamente a todos los rincones de La Rioja, corría de grupo en grupo, de móvil en móvil. Y ayer a la una y media de la tarde, el aparcamiento del polideportivo se iba llenando de vecinos de Rincón de Soto, pero también de vecinos de otras localidades: Calahorra, Aldeanueva de Ebro, Alfaro... incluso Arnedillo por donde la nacional no pasa. «Podía haberse hecho con más tiempo y en fin de semana para convocar a más gente pero el dolor es tanto que tenía que salir por algún sitio», decía un vecino.

Tres patrullas de la Guardia Civil estaban alertas para ofrecer la mayor seguridad posible a las casi doscientas cincuenta personas que se acercaron hasta allí. Nadie había convocado realmente, ninguna asociación, ninguna plataforma. Todo había surgido de manera espontánea y por eso la organización inicial fue un poco improvisada.

Pero en ese momento todo cambió. Los rinconeros irrumpieron en un aplauso común, los que habían llegado de fuera no entendían nada de nada. Ana, mujer y madre de los menores fallecidos, se acercaba hasta el aparcamiento del polideportivo para acompañar a sus vecinos en la reivindicación. Era la primera vez que salía de casa. Sacaba fuerzas de donde es imposible que las haya para acompañar a los rinconeros y agradecerles todo el cariño mostrado durante estos días. «Gracias». Pocas palabras más pudo decir.

La Policía municipal fue marcando el camino más seguro para los congregados hasta llegar a la nacional y allí dos agentes de tráfico de la Guardia Civil paralizaron el discurrir habitual de la carretera para que todos, con sus chalecos amarillos, cortasen durante unos minutos la maldita carretera. «Son muchos los rinconeros jóvenes que han caído en esta nacional, pero esto es una auténtica tragedia», decía una vecina presente en el acto. «Por no tener, no tenemos ni vías de acceso para los tractores; aquí, que somos muchos agricultores», comentaba otro.

Pero ninguno se explicaba la razón de por qué se ha hecho tan poco en tantos años. «Hay que buscar una solución, la que sea, que se sienten todos juntos y que miren las posibilidades pero no podemos seguir jugándonos la vida en esta carretera», decía otro.

Todos saben que la inversión en infraestructuras debe ser importante. «Pero más lo es la de un aeropuerto sin aviones y ahí lo tenemos», espetaba otro. Los rinconeros después del silencio de los dos últimos días gritaron y lo hicieron fuerte y claro; la solución es necesaria y debe ser ya.