El repunte del covid acelera en el último mes, pero sin impacto en el sistema hospitalario

Los indicadores no son alarmantes y parecen dar la razón a los expertos que pronosticaban su gripalización. Desactivada ya la emergencia sanitaria por la OMS, el virus parece encontrarse a gusto en la comunidad. La cifra de casos notificados en febrero fue de 61, en marzo ascendió a 110, el mes pasado se elevó hasta las 224 y en esta primera quincena de mayo son ya 323, en una tendencia al alza que se aprecia en la tasa de la incidencia acumulada a 14 días, que en las últimas semanas ha acelerado una escalada que inició a principios de marzo. Aquellos solo 12,12 casos por 100.000 habitantes en los mayores de 60 años con que se cerró febrero se habían convertido a finales de abril en 68,31, pero es que desde entonces el indicador ha remontado hasta los 113,48 que reflejaba el informe que el Ministerio de Sanidad hizo público ayer, 15 puntos por encima del nacional, 98,31.

Especialmente preocupante es el dato de los más mayores, ya que mientras la tasa en el colectivo riojano de 60 a 69 se fija en 62,74, y en el de 70 a 79, en 83,40; en los que han superado los 80 años se ha disparado hasta los 243,89.

Sin embargo, el aumento de la incidencia no se ha trasladado en esta ocasión tampoco al ámbito hospitalario. La cifra de pacientes ingresados por covid en La Rioja ascendía ayer a 7 personas, todos ellos en planta, el mejor registro en los últimos dos meses, excepto los 5 atendidos que constaban en el informe de hace 15 días. La UCI, tras olas de sufrimiento, parece respirar tranquila por fin y se mantiene limpia de SARS-CoV-2 desde el pasado 24 de marzo.

No obstante, no todo es positivo en las últimas estadísticas. En las últimas dos semanas La Rioja ha contabilizado otras 3 víctimas mortales por covid, que elevan el total de mayo a 6, la misma cifra que los decesos registrados en los cuatro primeros meses del año. Con los 12 fallecidos en 2023, el covid ha segado ya la vida de 974 personas en la comunidad.

Los expertos, por eso, llaman a la responsabilidad sin alarmismos y recuerdan las bondades del uso de la mascarilla y el lavado de manos, porque recuerdan que el SARS-CoV-2 sigue entre nosotros. Así lo acreditan, de hecho, cada semana los sondeos del proyecto VATar COVID-19, puesto en marcha por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a principios de julio de 2020, en el que participan 38 estaciones depuradoras de aguas residuales, entre otras la de Logroño y Calahorra, donde se aprecian las continuas fluctuaciones.

La estación de la capital riojana no ha sufrido tantos picos y, aunque las muestras acreditan la presencia del 'bicho', los últimos incrementos se produjeron en marzo, en concreto en la primera semana y, tras una disminución en la siguiente, en la del 12 al 18 de ese mes. Desde entonces, estable. No ha ocurrido lo mismo en la de Calahorra. Estable desde mediados de febrero hasta el ecuador de marzo, el primer repunte se produjo en la semana del 12 al 18 de ese mes, un alza que se volvió a repetir en la del 2 al 8 de abril. Tras un descenso significativo, la presencia del virus volvió a elevarse en la del 23 al 29 de abril, para volver a reducirse desde el pasado 13 de mayo.