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Un proceso arduo, lento, angustioso... Hace casi tres meses que Álex Ruiz trató de dejar atrás todas las situaciones incómodas derivadas de no poder ver reflejada su identidad masculina en su DNI. «Quiero buscar otro trabajo y, sólo por el nombre, no sé cuándo podré ... hacerlo, porque en el carné figura el nombre anterior y mi aspecto es distinto. Me hace sentir incómodo no poder tener mi DNI actualizado», reconoce este logroñés de 27 años.
Intentó iniciar los trámites para modificar su nombre y su género en el Registro Civil de Logroño, pero ni siquiera ha podido conseguir una cita. «Fui en febrero y me dijeron que llamase por teléfono. Como no conseguía que me cogiese nadie, envié un correo y ahí fue cuando me empezaron a contestar», recuerda. Le solicitaron que enviase toda la documentación «para adelantar» y que le pudiesen dar cita previa por teléfono... pero nunca le llamaron. «Les envié otro correo y me contestaron que había demora por la huelga de letrados y que ya se pondrían en contacto conmigo. Les insistí y me llamaron el jueves para confirmarme que habían recibido mi documentación y que estaba todo bien, pero que tenía que tener paciencia porque tienen mucho retraso. Pensaba que con la Ley Trans iba a ser bastante más rápido».
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De ahí el estrés que le está produciendo esta situación. «Es complicado que no figure tu identidad en el DNI porque cada vez que hay que firmar un documento, tengo que hacerlo con el nombre anterior». «Son momentos de tensión, porque en cuanto te llaman por el otro nombre en el médico y apareces... te cuestionan. Es difícil; no quiero ni mirar la cartera porque lo que figura en el DNI no se corresponde con lo que soy».
Álex Ruiz
Sin cita en el Registro Civil
A Mark Laencina también le costó «mucho» iniciar los trámites. «Estuve un mes llamando por teléfono y nadie me atendía. Cuando me cogieron, me dieron cita para dentro de un mes, sin ninguna explicación», critica este logroñés de 28 años. El 30 de mayo podrá acudir al Registro Civil, pero la solicitud no se termina ahí. «No sé qué documentación tendré que llevar, por lo que tendré que pedir otra cita para llevar los papeles que me digan», asegura.
Laencina esperaba que la entrada en vigor de la Ley Trans sirviese para poder realizar los trámites más rápido y dejar atrás las situaciones complicadas, pero no ha sido así. De ahí que cuando consiga modificar su nombre y su género, «podré ver mi identidad reflejada y ser quien soy sin miedo a ir a cualquier sitio en el que sea necesario llevar el DNI y que me pidan explicaciones de por qué mi foto no se corresponde con mi aspecto físico actual».
Mark Laencina
Le dieron cita para el 30 de mayo
Siempre se sintió diferente. «Tenía otra forma de pensar o de relacionarme, pero siempre supe que había algo más. Pero como no había referentes trans públicos con los que sentirse identificado, me llevó más tiempo ponerle nombre». Inició su transición hace cinco años, por lo que no le quedó más remedio que «pasar por psicólogos y psiquiatras que determinasen que no tenía ninguna enfermedad mental, como la bipolaridad o la personalidad múltiple». En su familia siempre fue «aceptado, escuchado y apoyado». «Mis padres han estado para mí y mi abuela, a pesar de la generación que le tocó vivir, siempre ha estado a mi lado y me ha acompañado en todos los procesos».
Un respaldo que, sin embargo, no recibe en otras esferas. «A nivel sanitario sí he sentido rechazo, porque hay quienes, por sus principios o por mi simple apariencia, no te entienden», lamenta. «Muchas veces me preguntan cómo me llamo, les contesto que Mark y, de forma irónica, me dicen '¿y qué pone en tu DNI?'», reconoce molesto. Sobre todo, porque «una tarjeta de plástico con 8 números y 1 letra no determina quién soy para el resto. Hasta que no lleguemos a entender y empatizar con ello, nuestra sociedad está destinada al fracaso», asegura.
Como ellos, Hugo Sánchez intentó hace poco más de una semana conseguir una cita para modificar su nombre y su género en el Registro Civil. «Lo estuve intentando por teléfono, pero no hay manera», asegura este joven de 23 años. Quiere ver reflejada su identidad y poder olvidarse de todas las situaciones incómodas. «El cambio en el DNI me permitirá dejar definitivamente atrás la persona que se suponía que era, no tener que dar explicaciones y no tener que estar atento a cómo me mira la gente cuando dicen mi 'deadname' (el nombre con el que nació y que no utiliza), porque es muy abrumador sentir que te miran todo el rato», asevera.
Hugo Sánchez
Sin cita en el Registro Civil
Por ello, apunta que lo más complicado es tener que dar explicaciones. «Te miran, ven tu documentación y te hacen todo tipo de preguntas; te sientes como un bicho raro», asegura mientras añade que al no tener el documento cambiado «pasas muchos momentos de incomodidad, pero ya no solo por ti, sino por las explicaciones que tienes que darle a la gente».
En su caso, se percató hace cinco años de que algo no iba bien. «Había algo que me fallaba y fue muy duro darme cuenta de la realidad, porque las imposiciones sociales hacen mucho. Siempre fui muy 'masculino' para el sexo que tenía otorgado y, aunque no tuve problemas en casa, sí los tuve con familiares con los que ya no guardo relación. Fue difícil afrontar que todo eso que estaba mal en mí, sólo tenía esa solución».
Las huelgas de los distintos trabajadores de Justicia riojana han provocado que haya, como explica Javier Ochoa, responsable CSIF Justicia de La Rioja, «25 expedientes paralizados a falta de señalar». Todos ellos constituyen «el 100% de los solicitantes desde que entró en vigor la Ley Trans, que entre la huelga de letrados y la de los funcionarios no se han podido señalar», asegura.
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