«No queríamos casarnos entre restricciones, con separaciones, mascarillas...»

Pese a que la idea de casarse era recurrente desde hace tiempo – «llevamos juntos 10 años», apostilla Roberto– y a que empezaron a organizar todos los detalles con margen suficiente –desde hace, aproximadamente, un año–, lo más difícil fue encontrar una fecha. «Cuando preguntamos en el restaurante por las fechas que tenían disponibles, nos dijeron que tenían muy pocas y eran muy salteadas», recuerdan. Las bodas aplazadas durante los dos años anteriores prácticamente han completado las agendas de este 2022 en muchos espacios de celebración.

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Con 140 invitados, la boda de Sara y Roberto forma parte de esas celebraciones «más reducidas» de las que habla el sector de la restauración. Una lista de invitados a la que, asegura la pareja, no ha pasado factura la pandemia. «En principio, nadie nos ha dicho que no vaya a venir por temor al coronavirus. Pensábamos que, pese a estar en la situación actual, sin restricciones, quizá hubiera quien tuviera algo de miedo y decidiera no venir», explican. No ha sido así.

Y es que lo que ambos tenían claro era que no deseaban una boda plagada de restricciones y limitaciones... Sobre todo porque siempre llega un momento en el que «la relajación es prácticamente inevitable. Casándonos en este momento, con todo el mundo ya vacunado, estamos mucho más tranquilos. Especialmente por los personas más mayores», describe Roberto. «De otra manera, no se puede celebrar con tranquilidad. No queríamos hacerlo entre restricciones, con separaciones, con distancias, con mascarillas...», añaden. Menos aún en una celebración en la que una parte de los invitados llegará a La Rioja dese Zaragoza, Soria, Madrid o Barcelona, algo impensable en muchos momentos de los dos últimos años debido a los cierres perimetrales decretados por la mayor parte de las comunidades autónomas. Ayer, todos pudieron llegar para celebrar una boda como las de antes. Pese a la pandemia.