Cuando aún no albergaba la sede del Parlamento, podía transitarse por el interior del viejo edificio de la Tabacalera desde el espacio que ocupa la sala Amós Salvador hasta el claustro, a través de un pasadizo que salvaba el callejón hoy diáfano ... presidido por la chimenea y depositaba al paseante en una zona de penumbra, misteriosa. Ese lugar que acoge el salón de plenos del Legislativo, donde en las monótonas sesiones que protagonizan sus señorías resulta tentador fantasear con aquellas imágenes de cuando el Parlamento no era Parlamento. Soñando que tal vez alguna mañana se pudieran colar en el orden del día los luminosos hallazgos que suelen reinar en esa sala vecina, de cuyas paredes cuelga estos días la exposición 'Cuidado y peligro de sí'. Como en aquel cuento de Juan Marsé, 'Los fantasmas del cine Roxy', en cuyas páginas convivían los aburridos empleados de un banco con las estrellas de la pantalla que antes ocuparon el mismo edificio, ojalá aquí ocurriera un prodigio semejante y todos estos escaños se dejaran contaminar algún día por un ideal superior, una aspiración a la grandeza que obrara ese milagro que nunca llega: un cierto entusiasmo. Un nivel de exigencia que sigue sin transitar desde la Sala Amós Salvador al claustro de Tabacalera: cuánta falta nos hace hoy ese pasadizo.
Publicidad
Porque incluso plenos como el de este martes, destinado a dotar a La Rioja de esa brújula llamada Presupuesto, más necesario cuanto más sombrío resulta el contexto que acecha a la ciudadanía, justifica uno de las carteles que guían al visitante por la exposición colindante: «Tenemos el deber de ser pesimistas» clama desde una pared de la intrigante frase de Günther Anders, que ha servido de salvavidas durante el pleno, porque ha ayudado a enmarcar el tono del debate, muy rico en asperezas, precedido por una noticia que desaira a su actor principal, el consejero Celso González. El titular de Hacienda ha salido a defender su Presupuesto enarbolando una curiosa bandera, la subida de sueldos para altos cargos. Una derrama en las antípodas de lo dispuesto en Moncloa o en la mayoría de regiones que prefieren apartar de sí ese cáliz en una coyuntura que reclamaría de sus gobernantes predicar con el ejemplo.
O dedicar algún gesto para los administrados que también debe descartarse: para semejante hazaña se precisa una cuota de sensibilidad política, de puro olfato, ahora mismo ausente en el banco azul. Al contrario, el pleno ha caminado por el sendero de lo más trillado. Con González refugiándose en esa clase de argumentario que a nada compromete («No dejar a nadie atrás»: un eslogan que ya aburre), Pablo Baena en plan tremendista (él ya lo dijo: la frasecita tan extendida entre los dirigentes de Ciudadanos, ases del cuñadismo ), y con Jesús Ángel Garrido tomando la palabra en nombre del PP para regalarnos una epifanía: resulta que al portavoz del PP sus pares le resultan «plomizos» y «flojos», nada menos, gran descubrimiento que evitó dirigirse a sí mismo. También ha pronunciado la palabra de rigor: socialcomunista. En efecto: cómo no abandonarse al pesimismo.
Resumen. Se deduce que ninguno de los portavoces se ha paseado por la Amós Salvador. Porque hubieran leído eso de «obedeced pero pensad, mantened la libertad de pensamiento», como sugiere Slavoj Zizek citando a Kant, otra proeza que nunca derramará sus dones sobre los riojanos. O les hubiera invitado a reflexionar ese neón que cuelga de la pared más cercana al Parlamento, una luz intermitente donde puede leerse «No hay ningún problema». Pero que cuando parpadea avisa de su opuesto: «Hay un problema». Perfecta moraleja del debate presupuestario y del ecosistema político riojano: porque cuando Henar Moreno proclamó que hace año y medio cambió el curso de la región, olvidó recordar esos hábitos (la purga de funcionarios desafectos) que sobreviven. Los que no eran monopolio del PP. Los que no pasan a la Historia.
Publicidad
Noticia Relacionada
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.