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El problema del alquiler continúa complicándose de manera exponencial en la capital riojana. Los precios siguen disparados en Logroño y los profesionales del sector aseguran que no ven un techo a corto plazo, mientras que la oferta continúa contrayéndose por diferentes motivos: la reticencia ... de propietarios a poner en el mercado sus inmuebles por una supuesta falta de garantías con la actual Ley de Vivienda, junto con las oportunidades económicas que ofrecen otras alternativas como son los pisos turísticos o los alquileres por habitaciones en un mercado que, como poco, se puede definir como muy tensionado: «Nosotros tenemos lista de espera y no tardamos más de un día en alquilar una vivienda que nos llegue a la inmobiliaria», explica María Martínez Aliende, directora comercial de Inmobiliaria Iregua, una de las más activas en el mercado del alquiler en La Rioja. «Vamos a peor –continúa– y prácticamente ya todo vale, incluso pisos que no tienen ni cédula de habitabilidad, pero, como no hay oferta, la gente está dispuesta a aceptar lo que sea».
María Martínez asegura que «en nuestro caso sí exigimos la cédula y no trabajamos prácticamente con ninguna vivienda por debajo de los 650 euros. El problema es que no le veo techo a corto plazo y no hay oferta de vivienda social, que sería muy necesaria». El precio complica muchas cosas, por supuesto el acceso a las familias, a los jóvenes, pero también para gente que se desplaza a la capital riojana a trabajar durante temporadas: «Es un fenómeno que hemos conocido desde hace años en Baleares y otras zonas más turísticas, pero que también se está produciendo ahora aquí».
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La directiva de Iregua señala que «nosotros trabajamos con gente de prácticas en verano, que viene de fuera, y hemos tenido que renunciar a estos currículos porque no hay opciones de alojamiento, pero el problema está sobre todo en la demanda de las Administraciones públicas, en ámbitos como Sanidad, que refuerza ahora en verano las contrataciones temporales, en Educación a partir de septiembre e incluso en el caso de la Agencia Tributaria en esta y otras épocas». María Martínez confirma que son las propias Administraciones públicas las que se han dirigido a las inmobiliarias para buscar soluciones: «Intentamos encontrar viviendas compartidas para médicos jóvenes, enfermeras o auxiliares porque ahora mismo es la única opción».
María Martínez Aliende
Inmobiliaria Iregua
José Antonio Solozábal
Inmobiliaria Solozábal
José Antonio Solozábal (Inmobiliaria Solozábal) comparte el mismo diagnóstico e incluso añade otros sectores económicos con problemas para realojar a mano de obra esencial: «La construcción precisa de muchos trabajadores que necesitan alojamiento y también estoy convencido de que las empresas tecnológicas contratarían más personal si hubiera más oportunidades para encontrar vivienda a precios razonables».
Solozábal no tiene dudas de que el problema se ha agudizado al extremo durante el último año con la aprobación de la Ley de Vivienda: «Lo que no puede ser es traspasar el problema de la vulnerabilidad del inquilino al propietario de un inmueble». «Hay un stock importante de viviendas en Logroño potencialmente alquilables –continúa–, pero la ley está teniendo un efecto perverso, ya que muchos propietarios no están dispuestos a arriesgarse a tener que estar tres años en los tribunales para recuperar su casa». Así las cosas, los expertos confirman que «hay gente que opta por tener el piso vacío, otros por venderlo, mientras que algunos se van al mercado habitacional o turístico porque, además de rentabilidad, ofrece mayor seguridad».
El gerente de Inmobiliaria Solozábal no oculta su preocupación por cómo se está presionando al mercado del alquiler: «Los precios siguen creciendo, sin techo, y cuando la economía se enfríe un poco podemos estar generando una tremenda bolsa de potencial morosidad porque hay muchos casos en que ya se está empleando alrededor del 50% del salario para vivienda y eso supone un riesgo muy elevado».
Juan Asensio, gerente de Inmobiliaria Mi Casa, habla incluso de «la mayor crisis en el mercado del alquiler de los últimos 50 años». «No sólo en Logroño –continúa–, sino que también se está extendiendo a las poblaciones del cinturón metropolitano; en Villamediana, por ejemplo, acabo de intermediar en un alquiler por 500 euros, cuando hace un par de años se podían arrendar inmuebles por 300 euros». Asensio coincide en que «la Ley de Vivienda ha hecho que muchos propietarios retiren sus viviendas del mercado para ponerlas a la venta o incluso dejarlas vacías porque se sienten que no están protegidos frente al inquilino».
En este sentido, las tres inmobiliarias confirman que prácticamente todos los contratos que se están firmando en la actualidad se hacen con seguro ante impagos, que asume además los costes judiciales de un hipotético desahucio, y que, aunque puede tener un coste de unos 400 euros anuales para el propietario, aporta mucha tranquilidad: «Es una forma de cubrirse ante una legislación que favorece demasiado al inquilino y es la fórmula para que al menos sigan haciéndose contratos».
Lógicamente, el coste de recurso acaba repercutiéndose en los alquileres finales y Juan Asensio confirma también que está habiendo una derivación importante de la oferta hacia alquileres por habitaciones o pisos turísticos: «Ayer mismo –detalla–, unos clientes compraron una vivienda que van a destinar al alquiler por habitaciones, ya que ofrece una importante rentabilidad». «El problema es muy grave en toda España, pero también en Logroño, y es que hay familias, con ingresos limitados, que ya lo tienen muy, pero que muy difícil, para poder alquilar».
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