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Las inmobiliarias tradicionales no se dedican por regla general al alquiler habitacional, aunque reconocen que esta fórmula está creciendo de forma exponencial también en Logroño: «Si no hay oferta para pisos completos y la poca que hay es muy cara no queda otro remedio ... como inquilino que optar por una habitación en un piso compartido», explica María Martínez Aliende (Inmobiliaria Iregua). En cualquier caso, Martínez Aliende confirma que también hay un interés cada vez mayor de los propietarios de vivienda por esta fórmula: «Tenemos clientes que compran una casa y la dedican a esta opción por rentabilidad y por la mayor seguridad que ofrece frente al alquiler convencional a largo plazo».
La experta inmobiliaria señala que la demanda habitacional es tan importante que incluso «las exigencias, los filtros que se hacen pasar a los solicitantes, son tremendos, y no quiero pensar qué va a pasar en septiembre con la llegada de estudiantes o de trabajadores que se incorporan también a una nueva actividad tras el verano».
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Lo cierto es que un repaso de la oferta por internet permite obtener conclusiones significativas. Es casi imposible encontrar, en el barrio que sea, una habitación por menos de 200 euros. La oferta más barata del portal Idealista es una habitación en la calle Samalar (Oeste) para compartir con otras dos inquilinas, pero no se admite a todo el mundo: «Estamos buscando a alguien que tenga un estilo de vida sano, tranquilo, que sea capaz de mantener el orden y el piso bien cuidado. Además de que sea alguien que tenga un estilo de vida parecido para poder compartir y vivir tranquilas».
En la calle José María Lope Toledo, tres chicas ofrecen también una habitación para una cuarta interesada a un precio de 200 euros, pero también con proceso de selección: «Se alquila habitación para chicas entre 21 y 28 años, piso ubicado en un punto céntrico a 8 minutos de Gran Vía y a 6 minutos de la estación de tren y autobús. Buscamos chicas simpáticas y agradables para que sea una buena convivencia. Importante la responsabilidad, el respeto y el orden. La estancia mínima sería de un año».
En muchas ocasiones, son universitarios los que recurren a este tipo de alquileres, pero también hay trabajadores, jóvenes que se emancipan o incluso parejas divorciadas las que tienen que recurrir a esta opción que está claramente al alza por la escasez de oferta de pisos completos y por su carestía.
Muchas de las ofertas habitacionales se concentran en zonas cercanas a las facultades universitarias (Madre de Dios, avenida de la Paz, San Matías, La Cigüeña), con precios que oscilan entre los 250 y los 400 euros, pero también hay unas cuantas ofertas de entre 400 y 650 euros en zonas céntricas –incluso uno de una habitación por 795 euros en Duquesa de la Victoria– que, evidentemente, no se destinan para estudiantes. Es el caso de una habitación de un piso de Gran Vía que actualmente ocupan dos chicas y que buscan una tercera inquilina y que ofertan habitación con baño, dos armarios empotrados, cerradura, calefacción, luz, con derecho a cocina y acceso a internet incluido». Cuesta 490 euros al mes.
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