El peligro que viene por Whatsapp

Las alertas de este tipo han sido muchas. En España, el INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) es el encargado de lanzar los avisos cuando se detectan, normalmente por el aviso de usuarios avanzados o de sus propios servicios. En algunas ocasiones, como en mayo de este mismo año, se detectaba una vulnerabilidad potencialmente muy peligrosa: los piratas podían acceder a los datos personales del usuario a través del envío de un GIF (esas imágenes con movimiento en bucle) modificado. El ataque era tan sofisticado que permitía al 'hacker' no solo acceder a los datos del dispositivo, sino a funcionalidades como grabar vídeos o audios.

El 'agujero' fue tapado con una actualización de la app, algo que recuerda la necesidad de mantenerla siempre actualizada a la última versión posible.

También hace unos meses fue la propia Facebook quien alertó de otro tipo de ataque a través de la app «verde». Se trataba de un 'agujero' en el código por el que los hackers usaban las llamadas de voz vía Whatsapp para hacerse con el control de los datos del teléfono. En este caso, además, los 'hackers' se habían ocupado de borrar su rastro, porque incluso borraban la llamada maliciosa del historial del teléfono, haciendo así mucho más difícil el seguimiento del problema y su solución.

Pero hay problemas de otro tipo, como el que acaba de denunciar el INCIBE esta misma semana: peligros que vienen no tanto por un fallo en el software del programa sino, podría decirse, en el del usuario. Porque se trata de estafas que intentan aprovechar la credulidad o la ambición de algunos usuarios para obtener sus datos o, más sencillamente, su dinero. El caso denunciado esta semana por el organismo oficial adoptaba la forma de la típica estafa piramidal: un mensaje anunciaba que con un simple desembolso de 33 euros y si se invitaba a otras dos personas, al cabo de 8 días el usuario recibiría 1.848. El enlace que acompañaba al mensaje remitía un vídeo en el que una joven explicaba que no se trataba de una estafa piramidal, sino de un «sistema solidario» en el que todos se hacen regalos y al final todos se benefician. Evidentemente, un sistema así solo podría funcionar mediante el mecanismo típico de los engaños piramidales, en el que únicamente la continua entrada de usuarios permite que siga rodando la estafa, hasta que todo salta por los aires y la mayoría pierde su dinero.

Esta última alerta del INCIBE no hace más que recordar la necesidad de un uso consciente de ésta y otras redes de mensajería. Pero sobre todo de ésta, que no en vano es la más extendida a nivel nacional. La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, recordaba esta semana las precauciones más básicas al usar estas redes. La primera es obvia, pero no por eso menos olvidada: no compartir información confidencial con nadie, ni aunque se conozca al destinatario. Mucho menos, evidentemente, en el caso de grupos con múltiples usuarios.

Además, la recomendación es no seguir enlaces sin reparar el sitio al que apuntan, y no abrir ningún archivo recibido por Whatsapp o que se haya descargado inmediatamente al abrir una página enlazada a través de un mensaje. Y sobre las estafas, la lógica de siempre: si algo parece demasiado bueno, probablemente es malo.