AGUA BENDITA
FINANZAS... DE ANDAR POR CASA ·
MARTÍN TORRES GAVIRIA
Lunes, 28 de octubre 2019, 18:45
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FINANZAS... DE ANDAR POR CASA ·
MARTÍN TORRES GAVIRIA
Lunes, 28 de octubre 2019, 18:45
El agua es la fuerza motriz de la naturaleza. Así se refería Leonardo Da Vinci a ese líquido inodoro, incoloro e insípido tan fundamental para que haya vida. El 70% de la tierra es agua, pero solo el 3% de ella es potable. Hay mil ... millones de personas en el mundo sin acceso al agua potable y, en unos años, más de la mitad del territorio mundial sufrirá escasez hídrica. Si hay un país que ha sabido atajar el problema de la escasez de agua ese es Israel ya que más de la mitad de su territorio es desierto (Negev y Judea).
Cuando en 1948 estaba a punto de proclamarse el Estado de Israel, los árabes volaron la canalización que abastecía la ciudad vieja de Jerusalén y condenaron a los judíos a morir de sed. En previsión de este acontecimiento estuvieron semanas almacenando agua. Pero una vez roto el suministro había que racionar e idearon un reciclaje muy sencillo. Primero utilizaban el agua para hervir la comida, después para beber y lavar -utensilios, ropa, aseo, etc...-, para terminar en las letrinas. Puesto en marcha el Estado de Israel y desde su refugio en el kibbutz de Sde Boker, en pleno desierto de Negev, Ben Gurión se acordó de la frase de otro judío eminente, Albert Einstein, que definía a las crisis como momentos de oportunidades, y con gran visión de futuro predijo que el desarrollo de Israel había que basarlo justo en aquello que de inicio eran sus mayores problemas: exceso de sol y carencia de agua. Y efectivamente lo logró. Acabo de regresar del corazón del Negev y en Ashalim han construido una central termosolar con 50.600 espejos que centran los rayos solares en una cúpula de 250 metros de alto y abastece de electricidad a 120.000 hogares. Por cierto, con tecnología española. Muy cerca de la central está el Ramat HaNegev Agricultural Center, un centro de investigación agrícola donde, para mi sorpresa, cultivan tomates -cherrys- con agua salada. Encuentran bolsas de agua salada fosilizada de miles de años en pozos de entre 800 y 1.000 metros de profundidad. Y con esta agua salada, mezclada en un 30% con agua dulce procedente de desaladoras, consiguen criar unos tomates exquisitos; más dulces cuanta más concentración de sal lleva el agua. Se ha cumplido el sueño de Ben Gurión. Israel ha pasado de ser un país desértico a ser potencia mundial en tecnología hídrica. Es el país que más agua recicla; alrededor del 85% -en España el 20%-. La mitad del agua utilizada en la agricultura es reciclada; además son pioneros en riego por goteo y aspersión con el consiguiente ahorro que ello genera. Aquí todavía permitimos el riego 'a manta'. Y el 80% del agua que se consume en Israel proviene del mar.
Pero el agua también tiene su vertiente financiera. Cuando invertimos buscamos activos que sean únicos, con valor intrínseco, irremplazables y que sean utilizados o necesitados por todos, a ser posible hoy, mañana y siempre. Esos activos podrían ser petróleo, oro, coltan, etc... Pues bien, qué mejor que el agua. No se puede especular con ella, sería inmoral, pero sí se puede invertir en ella.
Hay varias formas:
1) Agua virtual: invertir en productos que contienen agua -frutas, verduras, carnes, café, cerveza, vino...
2) Fondos cotizados: fondos referenciados a índices de empresas que trabajan el agua: desalación, depuración, reciclaje, tratamiento, distribución...
3) Compañías: Invertir directamente en acciones de empresas que se dedican al sector del agua. La inversión en agua es segura y rentable a largo plazo. No se puede sustituir por vino, aunque a algunos les gustaría.
*Miembro vinculado a EFPA España
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