Ver fotos

Profesores y niños del colegio logroñés Navarrete el Mudo, frente al muro sobre el que se ha empezado a trabajar. Sonia Tercero

Una palabra tuya servirá para ayudarlas

La Rioja se vuelca contra la violencia de género implicando a la ciudadanía | Un mural colaborativo en el centro de Logroño o la recogida de mensajes de apoyo en la plaza de Abastos alientan al compromiso colectivo en favor de las víctimas

Teri Sáenz

Logroño

Viernes, 22 de noviembre 2019

Se antoja una pared silenciosa, pero en realidad es el contenedor de un grito sereno e implacable. En la calle General Urrutia de Logroño, recibiendo la mirada de la icónica escultura 'La mujer' que creó Julio López Hernández, una parte del muro que rodea ... las instalaciones de la Comandancia se ha teñido de blanco. En un rincón, un puñado de símbolos que aguardan ser expresados en ese improvisado lienzo urbano. Pequeñas gotas en representación de tantas mujeres castigadas por la crueldad, un ramillete de flores que ejerce como analogía de liberación, y entre ambos puntos, unas líneas de colores que conectan ese presente difuso con un futuro alentador. Y sobre ese patrón, un catálogo de las frases que jalonan el camino: 'Nosotras decimos basta'; 'nos queremos vivas, libres y sin miedo'; 'ni una menos'...

Publicidad

Ante esa paleta atienden una veintena de mocetes del CEIP Navarrete el Mudo. Ahí, a sólo unos pasos de los pupitres donde aprenden cada día lecciones de respeto y convivencia, tienen vía libre para expresar sus primeras lecciones de vida de la manera más plástica. Mientras aplican los esprais de colores y dan forma entre todos a ese enorme cuadro, van convirtiéndose trazo a trazo en militantes de un objetivo colectivo: el de la lucha contra la violencia de género.

En su inocencia y el trabajo compartido está la fuerza de la lucha contra una lacra social insoportable que exige una respuesta coral. Junto a los alumnos del colegio, la actividad impulsada desde el Ayuntamiento logroñés también irá contando con la participación de otros coautores pertenecientes a distintos centros y asociaciones. Desde APIR y Cruz Roja, hasta Pioneros y la Fundación Diagrama, estudiantes del Instituto Batalla de Clavijo y miembros de Asprodema y Mundo Inmigrante, entre otros muchos.

El gesto de cada uno de ellos empezó este viernes a conformar lo que aspira a ser mucho más que un mural construido entre decenas de manos. Cuando se inaugure la próxima semana será la prueba del compromiso participativo de La Rioja contra la violencia machista. A medida que pase el tiempo, este ángulo luminoso en un paseo sombrío ejercerá como recordatorio de que la solidaridad con las víctimas se conmemora una jornada pero se ejerce durante todo el año.

Mensajes de apoyo a las víctimas en la plaza de Abastos. Jonathan Herreros

Caldo de letras

Publicidad

La plaza de Abastos de Logroño también apeló este viernes a una alianza de conciencias. En uno de los escenarios que mejor encarnan el día a día y el pulso de la ciudad, entre los aromas de la huerta y una policromía de carnes, frutas y pescados, los habituales del mercado de San Blas tuvieron la encomienda de concretar en palabras su solidaridad. A cambio de sus reflexiones, un caldo con el que la Red Vecinal contra la violencia de género e intrafamiliar agradeció un gesto pequeño en la forma e inmenso en el fondo.

Las cartulinas que albergaron pensamientos de urgencia entre compra y compra condensaron los sentimientos anónimos que ningún revisionismo es capaz de censurar. Mensajes de ternura, frases de aliento a las víctimas que nunca debieron serlo. 'Sé tú misma, de esto se sale' escribió una veterana de la plaza para engrosar una colección de apelaciones a la esperanza, a la felicidad, a la luz detrás de las tinieblas.

Publicidad

El propio escenario de la iniciativa fue un mensaje en sí mismo. Igual que esa pared al lado de un colegio público, el emblemático mercado y sus comerciantes trasladaron de esta manera un recado de cercanía y confianza. Porque la administración y las instituciones tienen que articular las medidas para que algún día no haya que celebrar un día contra la violencia de género, pero es la gente de la calle, la que rodea a las víctimas, las que les hacen saber que no están solas. Que las palabras de muchos abrazan a todas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad