Ocho empleados del Museo de La Rioja denuncian a la directora por un presunto delito contra la integridad moral

Los ocho trabajadores que han registrado ahora la denuncia recuerdan que a lo largo de los últimos meses ya han venido alertando a la Administración Autonómica (tanto al actual Ejecutivo liderado por Concha Andreu como al que pilotó José Ignacio Ceniceros) de la grave situación laboral y personal que vivían desde inicios del 2019 en el Museo de La Rioja. Según explican, uno de los denunciantes se encuentra en situación de baja laboral «por las actuaciones abiertamente hostiles llevadas a cabo por la actual responsable de la dirección del centro frente a sus personas».

María Eugenia Santos González fue nombrada a principios de octubre del año 2017 como directora del Museo de La Rioja. De esa manera se cerraba la etapa de María Teresa Sánchez Trujillano al frente de una institución que dirigió desde el 1 de abril de 1979 hasta febrero del 2017, cuando venció la prórroga de seis meses solicitada (y concedida) al Ejecutivo regional tras haber alcanzar la edad de jubilación.

Tras el aterrizaje de Santos González en el Museo de La Rioja, la tranquilidad (al menos de puertas hacia afuera) duró poco más de un año y medio. A finales del mes de marzo del año pasado, ocho trabajadores del centro remitieron a la Secretaría General Técnica de la Consejería de Desarrollo Económico e Innovación (desde donde se gestionaban entonces las competencias de Cultura) una carta solicitando el amparo de la administración regional por sentirse vigilados y atacados por su jefa y por sus compañeros (la plantilla del Museo está formada en total, incluida la directora, por 16 personas).

En aquel documento denunciaban que se estaba generando «de manera intencionada un ambiente laboral irrespirable para una parte de los trabajadores» y acusaban a la dirección de haber apercibido a uno de los trabajadores «faltando absolutamente a la verdad».

Días después, en vísperas del cese del anterior Ejecutivo, la Secretaría General Técnica de la Consejería de Desarrollo Económico e Innovación abrió un expediente informativo de carácter reservado a toda la plantilla del Museo (incluida la directora) que, confirman ahora desde el Ejecutivo, continúa en tramitación.

Los trabajadores del Museo que han presentado la denuncia lamentan que el hermetismo de las diferentes entidades a las que han informado sobre la situación en el centro les haya llevado a acudir al Ministerio Fiscal pero aseguran que la situación había llegado a su límite.

«A pesar de los múltiples escritos formulados a la Secretaria General Técnica así como a la Dirección General de Función Pública, incluso a la Inspección de Trabajo, en los que se recababa su amparo al objeto de poner fin a esta situación, hasta la fecha ninguno de estos organismo se ha mostrado permeable ante lo que supone un grave atentado contra la dignidad personal y profesional» apuntan los afectados asegurando que no han tenido «otra opción que acudir a la Fiscalía de la Comunidad Autónoma de La Rioja al objeto de poner fin a esta situación, a todas luces insostenible».

Desde el Ejecutivo regional, que ayer desconocía la presentación de la denuncia en la Fiscalía, descartaron hacer declaraciones y remitieron al lunes las posibilidad de sondear la opinión de la directora del Museo.