Educación abre el curso escolar 2021-22 escenificando su apoyo a la escuela rural

Un total de 52.166 alumnos riojanos han sido los primeros de todo el país en volver a clase. Y, por primera vez, todos a la vez, desde Infantil hasta Bachillerato y Formación Profesional. En la programación del calendario ha influido la previsión de celebración de los San Mateos logroñeses, como asintió Uruñuela, quien apuntó que «las familias han agradecido el esfuerzo por comenzar pronto y todos a la vez».

La inauguración oficial del curso tuvo dos escenarios estratégicamente seleccionados. El primero, a las 9.30 de la soleada mañana, en Arnedillo, emblema del mundo rural y primera clase riojana que tuvo que confinarse el pasado curso al detectar varios positivos entre sus alumnos. El segundo, a las 12 del caluroso mediodía, Alfaro, que el año pasado empezó las clases una semana más tarde que el resto de riojanos por la alta incidencia del COVID-19 tras la celebración privada de las no-fiestas.

Excusando la ausencia de la presidenta, Concha Andreu, que acudió a un encuentro de trabajo en el ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, la primera referencia de Uruñuela en su discurso fue la condición sanitaria. «¡Qué diferente empezamos el curso este año. Lo hacemos con confianza, pues hoy ya sabemos cómo abordar la situación sanitario y qué normas son eficaces; y con prudencia, pues el virus sigue aquí y hay que mantener las medidas».

Con el recorte de la distancia entre alumnos de 1,50 a 1,20 metros, la posibilidad de que los alumnos del mismo nivel compartan el recreo y la presencialidad como guía, Educación confía en que contar con el 99% de profesores vacunados y el avance del proceso entre los adolescentes permita combatir la pandemia con normalidad en las aulas.

Esos 52.166 alumnos que volvieron este lunes a clase con un 4% menos que en el curso anterior, en especial en las aulas de Infantil y Primaria. Pero la Formación Profesional ha aumentado en más de un millar sus inscritos.

En este inicio de curso, La Rioja comienza con un ligero porcentaje de menos profesores que el año pasado. «Se debe a que los centros todavía no han hecho llegar todas las peticiones. Si piden aumentar, se hará», explicó el consejero.

Desde esta panorámica, la Consejería de Educación se plantea cinco retos a abordar este curso: el desarrollo de un plan de estudio sobre la LOMLOE consensuado con la comunidad educativa; el del decreto de convivencia, «que no de disciplina, sino para evitar conflictos», como apuntó Uruñuela; un nuevo decreto de inclusión «que vaya más allá y desarrolle las capacidades de todos los alumnos»; el plan de desarrollo de escuelas infantiles en el ámbito rural de la mano de los Fondos Europeos de Resiliencia y Recuperación para primar la educación de 0 a 3 años en las pequeñas poblaciones y de la mano de instalaciones dignas -comienza con 155 el curso con el objetivo de llegar a 500 alumnos en tres años-; y el impulso a la Formación Profesional.

En el reiterado compromiso con la escuela rural, Uruñuela avanzó sus planteamientos: rebajar el número de alumnos con el que se cierra un aula. Con tres, seguirán abiertas. Rediseñar la red de transporte y renegociar las condiciones de sus maestros serán otros argumentos.