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La falta de personal, en concreto de facultativos, amenaza con afectar la atención en las urgencias del Hospital de Calahorra. Así, al menos, lo han puesto de manifiesto los médicos del servicio, que aseguran que partir del 1 de mayo no podrán «garantizar la ... adecuada atención a los pacientes» debido a «un problema serio de plantilla». Una situación que aseguran, en un comunicado enviado a los medios de comunicación, pese haber sido advertida «con mucha anterioridad y a todos los niveles», no ha sido resuelta «a fecha de hoy». Los profesionales médicos explican que a partir de mayo habrá días «en los que la asistencia de urgencias hospitalarias de toda La Rioja Baja va a estar limitada a dos médicos de urgencias en el mejor de los casos».
Esta cobertura supone, según los médicos, «la mitad de lo necesario, cuando hospitales similares como el Hospital García Orcoyen de Estella disponen de cuatro médicos adjuntos de urgencias en el turno de día y cuentan además con médicos residentes de apoyo».
En la nota apuntan que en el 2021 se fijaron los servicios mínimos en tres médicos adjuntos de día y dos de noche, lo cual no ha sido contemplado tras las obras de la «reforma realizada en el servicio». Esta actuación supuso un «incremento de espacios para la atención», pero «no ha supuesto ningún aumento de personal, no habiéndose realizado aún el estudio de necesidades reales del nuevo espacio, algo que ha determinado problemas de funcionamiento en el día a día», denuncian los médicos, que además sostienen que la demanda asistencial se ha incrementado el 30%.
«Si la situación no se corrige de forma urgente, y estamos a cuatro días del primer día de conflicto, es seguro que no podremos atender adecuadamente a los pacientes», advierten los médicos, que sostienen que puede darse incluso la circunstancia de que «a algunos de ellos no podamos si quiera atenderlos, siendo necesaria su derivación a Logroño».
En el comunicado, los facultativos exponen, por último, que «está absolutamente acreditado que la masificación de pacientes propicia la aparición de errores médicos y conlleva una merma en la calidad asistencial y en la seguridad del paciente», al tiempo que afirman que «esta masificación nos somete a un grado de responsabilidad y estrés inadmisibles, algo que ha repercutido ya en la salud de los profesionales de la urgencia». «Si no se toman medidas extraordinarias, estamos dispuestos a irnos», señala a Diario LA RIOJA el médico Joseba Rodríguez.
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