Colas en las gasolineras riojanas a pocas horas del final de las bonificaciones

Para llenar el depósito fue necesario armarse de paciencia. Uno de los pacientes sufridores fue Luis. Acudió con su furgoneta a aprovechar el penúltimo día del bono y veinte minutos después logró ser atendido. Hasta ayer siempre que iba a la estación de servicio marcaba la misma cantidad, 80 euros, con independencia de si estaba por encima de los dos euros el litro o si, como en las últimas semanas, estaba por debajo de 1,70. Este viernes cambió los 80 euros por el «Lleno, por favor». «Con lo que ha subido todo tengo que mirar hasta el último céntimo», comentó.

La gran mayoría de los clientes fueron como Luis. No solo por llenar el depósito hasta la última gota, sino también porque para 2023 se han propuesto, como en el caso de Mónica, practicar más «la ruta de San Fernando, un ratito a pie y el otro andando». Además, muchos riojanos no se conformaron con repostar, sino que además hicieron acopio en garrafas para tener combustible de repuesto en sus casas.

En la gasolinera de Sotogalo, uno de sus empleados aseguraba que a lo largo de la semana ya se había notado el repunte de clientes, lo mismo que en la estación de Lobete, desde donde aseguraban que estaban «a tope».

Lo cierto es que muchos riojanos aprovecharon los últimos coletazos de la bonificación de 20 céntimos por litro, una medida de la que a partir de mañana solo podrán beneficiarse los profesionales del transporte (camioneros, taxistas, conductores de autobús o chóferes de VTC) y no todos por igual.

Finalizan así los nueve meses de vigencia del bono para todos los vehículos que arrancaron de forma caótica el 1 de abril. «No se sabía cómo había que solicitarlo y cuándo se iba a pagar», recuerda Ana Benés, presidenta de la Asociación de Estaciones de Servicios de La Rioja, integrada en la Federación de Empresas de La Rioja (FER). Al caos inicial le sucedió la normalidad. «Bastaba con rellenar un formulario y entre 10 y 15 días se abonaba el dinero». A partir de ahora, será el cliente, es decir, el profesional del transporte, el que presente los formularios que les exige Hacienda para obtener la devolución del dinero adelantado. En cualquier caso, las estaciones de servicios ya no serán intermediario y «para nosotros es mejor porque tampoco tendremos que adelantar el dinero».

Si bien no ha habido problemas de suministro de combustible para vehículos, Benés reconoce que los distribuidores no podrán satisfacer a tiempo la elevada demanda de gasóleo de calefacción. «Está habiendo muchos problemas porque no hay tiempo», apunta. «Todo el mundo quiere rellenarlo porque hay que tener en cuenta que en 1.000 litros la gente se ahorra 200 euros, pero como todos lo han pedido esta semana no se puede atender».