

Secciones
Servicios
Destacamos
En el juicio que se sigue desde este lunes en la Audiencia Provincial contra un hombre por arrojar a su pareja por el balcón, desde una altura de unos 10 metros, la víctima ha sido tajante al señalar al procesado como autor de unos hechos que ocurrieron en la madrugada del día de Navidad de 2022: «Sé que él me tiró por el balcón, yo nunca he intentado suicidarme». La mujer, que ha sido la primera en declarar en la vista oral, ha relatado lo sucedido aquella noche en Calahorra, pero antes ha descrito al procesado como un hombre celoso, que le insultaba y gritaba y que en bastantes ocasiones le había agredido físicamente. Los supuestos golpes le dejaban marcas, sobre todo en la cara, que intentaba ocultar a su familia.
La noche en cuestión, ella fue al bar del acusado. Ambos mantenían un relación intermitente desde hace dos años y medio. En el establecimiento empezaron a discutir porque, según la versión de la víctima, él mantenía una relación paralela con otra mujer que también se encontraba en el local. «Los dos ser burlaban de mí, me miraban y se reían. A mí me tenía en casa cuidando de sus hijos y con la otra chica estaba en la calle, como si fueran pareja», ha declarado.
Camino a casa, entraron en otro bar donde tomaron una cerveza. Para entonces ya habían consumido alcohol y una raya de speed con cocaína. Tras unos instantes, emprendieron de nuevo el camino a la vivienda de él. Allí estaban durmiendo las hijas tanto de la víctima como la que él tenía de una relación anterior. La discusión continuó en el interior del domicilio. Ella decidió salir al balcón para tomar aire y él fue detrás, la agarró y empezó a «besarme y manosearme por todas partes». Ella pensó que se había tranquilizado, que todo había pasado, pero en un momento «sentí cuando me subió, le grité mis hijas y pedí ayuda, cuando vi que me alzaba ya sabía para dónde iba. No pude sujetarme. No me acuerdo de nada más, salvo que estaba en el hospital».
La hija de 14 años de la víctima ha recordado que cada vez que la pareja discutía, él les decía que se fueran de casa. Los episodios violentos, según ha detallado, eran habituales. «Por cualquier tontería estaban discutiendo, él se alteraba y acababa a golpes».
La noche del suceso, cuando su madre y el procesado llegaron a casa, ella oyó alboroto, y desde su habitación escuchó a la pareja discutir. «Sabía que la iba a agredir» porque ya había presenciado otros episodios violentos. De hecho, guardaba un palo para defender a su madre. Cuando ambos estaban en el balcón oyó un silencio y después un golpe muy fuerte. La joven salió de su dormitorio y vio al acusado entrar de la terraza al salón. «Estaba pálido y con cara de susto, me dijo que mi madre se había tirado y le dije: No, has sido tú. Lo sabía porque le había amenazado con que la iba a matar. Estaba convencida de que la había tirado».
«Él se puso las manos en la cabeza y decía: No, no, no. Estaba superpálido. Salí al balcón y no la veía por ningún lado», ha detallado. Lo siguiente que hizo fue bajar las escaleras y ya en la calle se encontró con su madre, en la calle, en el suelo, inconsciente.
El acusado, a petición de la defensa, declarará en último lugar una vez que finalicen todos los testigos citados a una vista que previsiblemente se prolongará a lo largo de toda la semana. No obstante, su abogado, ha defendido su inocencia. De acuerdo con su versión, ella había consumido bebidas alcohólicas y diversas sustancias aquella noche. Camino al domicilio «no dejó de increparle», incluso ella le habría agredido físicamente. En el interior de la vivienda ella «seguía en actitud agresiva y él evitaba cualquier confrontación». «Él nunca salió al balcón ni llevó a cabo los hechos de los que se la acusa», por tanto, reclama la absolución.
Para el fiscal, estos hechos son constitutivos de un delito de violencia de género habitual agravado por cometerse en el domicilio común y en presencia de menores y un delito de homicidio en grado de tentativa. Además, concurre en el acusado la circunstancia agravante de parentesco con relación al delito de homicidio en grado de tentativa; y la circunstancia agravante de reincidencia con relación al delito de violencia de género habitual.
Procede imponer al acusado la pena de dos años y cinco meses de prisión por el delito de maltrato habitual así como la prohibición de acercarse ni comunicarse con la víctima durante cuatro años. También ocho años y seis meses por el delito de homicidio en grado de tentativa.
En este último delito se le impone también la prohibición de acercarse a la víctima así como de comunicarse con ella por cualquier medio, directo o indirecto, incluidas terceras personas, todo ello por tiempo de doce años.
Solicita también una medida de libertad vigilada por tiempo máximo de cinco años a cumplir una vez que salga de prisión. Finalmente, el acusado deberá indemnizar a su expareja en la cantidad que se determine en el acto del juicio oral por las lesiones causadas y las consecuencias generadas por los hechos, así como la afectación psicológica.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.