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La gran cita sobre el español ha regresado este jueves al Círculo Logroñés, después de la cita del miércoles con Luis García Montero y Elvira Lindo, con grandes objetivos. Entre ellos, hablar de la importancia del español dentro del mundo del big data y ... de la inteligencia artificial. Dos conceptos que hace tan solo unos años sonaban a ciencia ficción pero que hoy son parte, sin darnos apenas cuenta, de nuestro día a día.
La primera de las mesas redondas de esta jornada la han protagonizado Francisco Javier Ridruejo, Coordinador General de Promoción Económica, Modernización Tecnológica, Conocimientos Profesionales del Ayuntamiento de Logroño y Enrique Serrano, presidente de la comisión de inteligencia artificial y big data de AMETIC, que han charlado con el periodista de Diario LA RIOJA Pablo Álvarez sobre 'Transformación digital e Inteligencia Artificial como palanca de innovación'. Y precisamente ese, el concepto de transformación, ha sido el protagonista absoluto. Primero, en referencia a Logroño como ciudad y después en su aplicación en el día a día del ciudadano.
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«El Ayuntamiento de Logroño es, era, un ayuntamiento ochentero, por lo que estamos haciendo una transformación digital acelerada», ha dicho Ridruejo. Esto se traduce, por ejemplo en la digitalización de infraestructuras como el agua, el alumbrado o la movilidad. «Utilizando la inteligencia artificial podemos simular qué ocurre con el tráfico cuando se realizan obras tan grandes como las que se están realizando en zonas como las Cien Tiendas o Vara de Rey. O en otros asuntos como el riego, ayundándose de la IA para medir y gestionar el agua que se utiliza para regar», ha explicado.
Para ello, ha reconocido, la colaboración publico-privada es imprescindible. Sobre todo, cuando se habla de la gestión de datos. Pero, como Ayuntamiento, también deben mirar hacia dentro, por lo que también es necesaria la coordinación entre diferentes departamentos del Consistorio, como pueden ser agua y a electricidad. «Coordinar esos silos puede suponer un importante avance en la eficiencia de los recursos», ha dicho. Estos ejemplos, en los que vemos cómo la IA baja al terreno del ciudadano, son los que muestran que su uso es mucho más cotidiano de lo que parece.
Pero el empleo de la inteligencia artificial y el big data en espacios funcionariales como un ayuntamiento supone un reto. «La resistencia al cambio es brutal», ha reconocido Ridruejo, «hay que vencer esa resistencia. El servidor público tiene que entender la necesidad de ese cambio y adaptarlo a sus procesos. Llega un momento en el que tienes que decir, el cambio es este día, y se hace».
Serrano ha sido muy claro: «Es drogadicta de datos y le encanta el tiempo real. Esto supone una barrera tremenda si lo comparamos con los datos del INE, por ejemplo». No hay que olvidarse del concepto 'open', que permite integrar datos, compartir y trabajar con una inteligencia colaborativa.
Aquí entra también en juego la dificultad a la que se enfretan las empresas de gestión de datos por la resistencia ciudadana a aportarlos y la desconfianza que existe a veces sobre el uso que las empresas hacen de ellos. Aquí, también, hace falta la colaboración entre empresas y la divulgación. «Es necesario aclarar las cosas», ha confirmado Serrano.
Y, por supuesto, este debate no se centra solo en el ahora, sino también en el mañana. «El objetivo de la IA es ayudarnos a tomar mejores decisiones y, también, predecir», ha dicho Serrano, trasladando el debate de su empleo mirando al fututo.
La ingente cantidad de datos que general un ayuntamiento es, a veces, difícil de gestionar. Como ejemplo sencillo se puede observar el servicio de basuras. «Se recogen día a día, pero necesitamos saber cuántos kilos, en qué ruta, si sube o baja en determinados días... Lo importantes es que esos datos los tenga el Ayuntamiento y tome decisiones en función de ellos para mejorar el servicio. Es, de nuevo, el big data llevado desde la calle, desde el uso ciudadano, hasta lo más alto, para su mejor gestión».
Y el asunto no se queda solo en las basuras o la luz. Un objetivo importante es que todo se pueda hacer de forma telemática, como que los procesos para una licencia de obra sean rápidos. «Se van a desatascar muchos procesos y acelerar la administración, que se gaste menos y mejor o que se utilicen mejor los recursos. En resumen, para que todo funcione mejor de cara al ciudadano», ha explicado Ridruejo.
Como modelo de buenas prácticas en el análisis de datos, los dos ponentes han coincidido, entre risas, en señalar a la Agencia Tributaria. «Es un buen ejemplo de cruce de datos y de su uso»
Si miramos a futuro, el foco está muy claro en lo referente a IA y big data. «Todo esto debe servir para vivir mejor, que todo sea más fácil y que seamos más inteligentes. Se trata de convivir con la inteligencia artificial sin que se note. También va a afectar a las relaciones entre nosotros y con la administración, de forma positiva, para ser más colaborativos. Nos va a hacer más felices», ha concluido Ridruejo.
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