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Al sector turístico no le cuadran las cuentas: el notable aumento de la actividad en verano no se nota en la caja. Por eso meditan ... una medida extrema como es cerrar durante el invierno para intentar ajustar los costes. Trasladar a sus huéspedes el encarecimiento de los servicios provocado por la inflación no es factible si no quieren jugarse la competitividad.
El presidente de la Asociación de Hoteles de La Rioja integrada en la FER, Demetrio Domínguez, incide en que «de nada nos sirve tener los mismos o más viajeros que en 2019, cuando los costes han subido entre el 20% y el 35%, y los precios no se han podido ni se pueden subir a los clientes en esa proporción».
Por ello, augura que, «sin ninguna duda, este invierno y la próxima primavera varios establecimientos, entre los que incluyo el mío, vamos a estar cerrados una semana, quince días o dos meses, por un tema de ahorros energéticos y laborales porque esto es inaguantable».
Domínguez explica que «lo que generamos de beneficio en verano se lo come el invierno, así que no queda otra». Y la única opción, a su juicio, «si no tenemos demanda de turismo o de industria, es acotar gastos, y eso pasa por cerrar puertas, apagar luces y calderas, e intentar dar vacaciones a las plantillas».
El presidente de la Asociación de Casas Rurales de La Rioja (Ascarioja), José Joaquín Sanz, comparte que los negocios de turismo rural también están «muy preocupados». En octubre «se ha pagado el grueso de los impuestos de la campaña» y «no sabemos qué puede deparar el invierno». Con todo, Ascarioja desaconseja a sus socios «estar abriendo y cerrando, porque es muy complejo como vimos en la pandemia».
Sanz explica que «la inmensa mayoría de la clientela es de origen nacional, que «está sufriendo la inflación» en su vida cotidiana, por lo que este invierno, «en el que el precio del pellet (calefacción) se ha duplicado literalmente», los turistas «se van a pensar más» si «cogen puentes o hacen escapadas en navidades». De hecho, y a diferencia de años normales como 2019, solo están confirmando reservas los negocios que reciben grandes grupos, no así los pequeños o los que funcionan por habitaciones.
Para Sanz, «la asignatura pendiente de todo el sector en La Rioja es el turista internacional», por lo que insta a la Dirección General de Turismo a «estar más encima para abrir nuevos mercados» y «no poner todos los huevos en un par de cestos».
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