De la incomprensión al cabreo y el hartazgo, y sin receta. Luis Miguel Ballesteros y Arancha Sánchez han optado por no conformarse y denunciar, mediante una queja formal ante Atención al Paciente y a través de Diario LA RIOJA, el caso de su hijo, aún ... hospitalizado en el hospital San Pedro por una neumonía tras intentar durante una semana que fuese examinado por su médico del centro de salud debido a un inicial proceso catarral que acabó por complicarse.
Todo empezó el lunes 8 de noviembre cuando el menor, de 16 años, empezó con tos y episodios de fiebre. Tras telefonear a su centro de salud, en Logroño, les explicaron que eran síntomas compatibles con el COVID y que debían telefonear al 941 29 83 33 para una PCR. «Señora, no se preocupe, esto está todo protocolizado y en cuanto esté el resultado negativo nosotros le gestionamos la consulta médica'», explica Arancha que le aseguraron.
Al día siguiente, con el test ya negativo, la llamada desde Atención Primaria no se produjo. Tampoco el miércoles. «Harta de esperar, el jueves intenté telefonear yo, pero me fue imposible contactar con el centro de salud así que busqué cita por internet, pero no había ninguna, ni presencial ni telefónica, antes del martes 16», resume la madre, que aclara que el estado de su hijo se complicó durante el fin de semana, con periodos febriles de 39,5 grados. «Decidimos no esperar más, menos mal, y el lunes 15 acudimos a Urgencias del San Pedro».
«La médico de cabecera me aseguró este martes que ella no tenía ningún aviso ni sabía nada del caso de mi hijo»
Queja formal
El diagnóstico en el servicio del complejo hospitalario fue neumonía, con infección pulmonar y un pequeño derrame de líquido y la decisión médica, el ingreso del menor en el hospital, donde aún permanece. «Primaria no ha funcionado para nada. De hecho, este martes me llamó la médica de cabecera al no acudir a la cita de ese día porque con tanto quebradero de cabeza se me olvidó anularla. Me dijo que había visto el ingreso y cuando le expliqué que llevábamos una semana esperando su llamada me aseguró que ella no tenía ningún aviso, que no sabía nada del caso. Esto no puede ser», advierte Arancha.
Su marido, Luis Miguel, ayer a mediodía en la habitación junto a su hijo, no ocultaba tampoco su enfado: «Hemos puesto una queja en Atención al Paciente porque entendemos que algo ha fallado y que si le hubiese visto a tiempo el médico de familia nuestro hijo no habría acabado ingresado. En Urgencias nos pasamos 10 horas de espera porque al final el servicio se satura porque los pacientes, a los que no se nos atiende en Primaria, tenemos que venir aquí».
«Hablas con la gente y te encuentras las mismas quejas, por eso nosotros hemos decidido no callarnos, hay que quejarse cuando algo está mal y no funciona porque hablamos de un servicio básico», añade Luis Miguel, quien recuerda que la pandemia está en otro estadio y confiesa no entender la desatención en la sanidad más cercana: «Llamadas que no son contestadas, imposibilidad de cita presencial, citas (cuando la consigues) a varios días vista... Pero claro, el estribillo de siempre es que están ¡desbordados! Por favor, los únicos que están desbordados son los servicios de urgencias que tienen que atender lo que en Primaria no les da la gana de hacer».
Salud admite una demora que «está previsto que mejore en los próximos meses»
Desde Salud se recordó ayer que la puesta en marcha de las agendas de calidad en los equipos de Primaria para seguir dando una asistencia de calidad requiere en su implantación de un «proceso progresivo ya que la vuelta a la normalidad así lo requiere». En este sentido, Rafael Crespo, director médico de Atención Primaria, quien recordó también el nuevo incremento de casos COVID, las infecciones respiratorias estacionales, y la carencia crónica de profesionales, sobre todo personal médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, y el incremento de la petición de consultas demorables aparcadas por las restricciones de la situación pandémica, admitió que «puede haber una demora, pero no superior a la previa a la pandemia y que está previsto vaya mejorando en los próximos meses». Tras advertir de que la demora es muy variable en función de las zonas básicas de salud, influenciado por factores como el ámbito urbano y la presencia de pacientes crónicos, pluripatológicos y muy ancianos, aseguró que «la asistencia queda garantizada de forma continua al haber citas en las agendas de todos los profesionales para atender a pacientes imprevistos, de aquellas demandas consideradas como urgentes en los horarios de consulta normal»