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Se suspenden las clases, se recomienda el teletrabajo y, que nadie lo olvide, se desaconseja a los abuelos como opción. La suspensión de las clases obligará a todas las familias riojanas a buscar soluciones para el cuidado, sobre todo, de los más pequeños. Y es que la principal preocupación de padres y madres de alumnos después de que la consejera Alba anunciase el cierre de los centros educativos de la comunidad pasó a ser, más allá del coronavirus, saber qué hacer con los hijos sin la edad suficiente para quedarse solos en el domicilio, es decir, los que mayor atención requieren.
«¿Y qué hacemos ahora? ¿Quién puede quedarse con los niños?», eran ayer las preguntas más repetidas a la salida de los colegios, públicos y concertados. «Tocará apañárselas» o «habrá que hacer encaje de bolillos» eran algunas de las respuestas. Diario LA RIOJA visitaba algunos de los centros para comprobar cómo había caído la noticia, y lo cierto es que las imágenes de los escolares saliendo con todo el material escolar en la mochila –fue orden casi unánime la de llevarse todo a casa, incluidos los libros del tercer trimestre– era más propia del comienzo de unas vacaciones que de una casi cuarentena.
Con todo, el escenario distaba mucho de colegios a institutos. Así, mientras en Las Gaunas los alumnos de Primaria lo celebraban –«cosas normales de niños», en palabras de padres y madres–, en el Cosme García había un grupo que se mostraba cariacontecido. Los de 2º Bachillerato, quienes tienen que prepararse para la EBAU –Selectividad– de cara a junio, perderán dos semanas y, con el tiempo corriendo en su contra, se verán obligados a hacer un esfuerzo extra.
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«Es lo que hay, pero es una auténtica putada, así de claro», comentaba un grupo mientras otros menores y menos conscientes celebraban un «adelanto de las vacaciones de Semana Santa». Precisamente ayer no eran pocos los que le daban vueltas a la cabeza para que estos 15 días sin clases presenciales no se conviertan en unas vacaciones al uso «y pueda, cuanto menos, trabajarse algo desde casa».
«Nos consta que desde los centros se están intentando establecer acciones para intentar continuar con la actividad docente, aprovechando las nuevas tecnologías, pero entendemos que es complicado y que tenemos que tener paciencia y colaborar en todo lo posible para minimizar los efectos de esta pandemia», explicaba Carlos Torres, presidente de CONCAPA-Rioja.
Toda la comunidad educativa vivió ayer pendiente del RACIMA, eso sí. Y es que, quien más, quien menos, esperaba el correspondiente mensaje. «Estimadas familias, como ya habréis oído en noticias de televisión y prensa, la Consejería de Educación y Cultura ha ordenado el cierre de los centros educativos de La Rioja», comenzaba su escrito el director del CEIP Gonzalo de Berceo. «Estad atentos», proseguía. Y ahí siguen las familias, claro.
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