El Gobierno de La Rioja ha dado el visto bueno ambiental al mayor complejo fotovoltaico existente y planificado en la región, compuesto por nueve parques solares en las localidades de Bañares, Hervías y Cidamón. Se trata de una iniciativa promovida por la empresa riojana Aresol, ... que prevé instalar placas solares sobre una superficie, hasta ahora de uso agrario, de 656 hectáreas.
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La Consejería de Sostenibilidad y Transición Energética del Ejecutivo riojano ha resuelto favorablemente, aunque con condiciones, las declaraciones de impacto ambiental (DIA) de los proyectos, que, tras su puesta en funcionamiento, tendrán capacidad para generar en su conjunto 540.000 megawatios hora al año, lo que supondría un tercio del consumo total de la Comunidad riojana, según informa la promotora de la actuación.
La resolución ambiental del Ejecutivo riojano exige a la promotora la obligación de tomar una serie de medidas preventivas y correctoras a sus propuestas, así como la puesta en marcha de un programa de vigilancia ambiental para una infraestructura que contempla también una línea eléctrica de evacuación de diez kilómetros hasta la subestación de Haro.
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Alberto Romero, CEO de Aresol, asegura en cualquier caso que «nuestros proyectos están concebidos y diseñados con el máximo respeto a las normativas y recomendaciones medioambientales y paisajísticas que existen en La Rioja que, por cierto, son muy exigentes». «Los parques –continúa– generarán energía eléctrica limpia y renovable y ayudarán a mitigar la emergencia climática y a cumplir los objetivos en materia de cambio climático que tiene el país y, en concreto, La Rioja».
El complejo de La Rioja Alta, en cualquier caso, no está todavía autorizado. En este sentido, falta todavía el visto bueno de la Comisión de Urbanismo, cuando el plazo para aprovechar la moratoria concedida por el Parlamento el pasado mes de diciembre para la instalación de grandes infraestructuras energéticas concluye el próximo 26 de noviembre.
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Ese día terminan los seis meses que la Cámara legislativa dio al Gobierno riojano para modificar la directriz de suelo no urbanizable, que todavía no ha sido presentada. Dicha modificación pretende concretar los suelos de alto valor agrario (viñedo, concentraciones parcelarias, regadíos y secanos de alto rendimiento) susceptibles de ser protegidos ante grandes infraestructuras de energía pero se dejó ese margen de seis meses con una legislación más laxa que podían aprovechar los promotores para tramitar los proyectos.
La infraestructura que prevé instalar la empresa Aresol supondrá una inversión de 270 millones de euros.
Pese a contar con un porcentaje muy elevado de apoyo de propietarios de tierras donde se plantean ubicar las placas solares, la propuesta de Aresol provocó también la movilización vecinal a través de la plataforma SENDA, alineada con el resto de movimientos ciudadanos con el grupo operativo de Defensa del Paisaje de Rioja del Consejo Regulador. Todos los trámites del proyecto han contado con alegaciones, sobre todo porque consideran que los nueve parques forman parte de un único y gran complejo fotovoltaico «troceado para esconder su grave impacto en la zona, lo que entendemos es un fraude de ley», dicen las plataformas, que denuncian además «la incongruencia del Gobierno riojano que sigue aprovechando la moratoria de la directriz de suelo para 'colar' los grandes proyectos sin proteger nuestros suelos de alto valor».
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