Justo Rodríguez

Cárcel de Logroño

Una fuga de película a ninguna parte

Un jefe de servicio del centro penitenciario de Logroño acaba en el quirófano tras ser agredido por uno de los implicados en el intento de huida a través de dos butrones en las celdas 28 y 49

Carmen Nevot

Logroño

Jueves, 4 de mayo 2023, 02:00

El intento de fuga de la cárcel de Logroño frustrado por los funcionarios en la tarde-noche del pasado martes caldeó aún más el ya de por sí encendido ambiente de la prisión, un centro que, con 280 internos a día de hoy –algunos ... de ellos considerados peligrosos–, se encuentra al límite de su capacidad.

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La tensión vivida un día antes arreció en la mañana de ayer cuando uno de los implicados en la fuga abortada agredió a un funcionario, jefe de servicio, que primero fue atendido en la enfermería y después fue trasladado al servicio de Urgencias del Hospital San Pedro donde finalmente ingresó para ser intervenido quirúrgicamente de una rotura del tendón de una mano.

La agresión fue el colofón de una tensa mañana en la que se sucedieron los altercados por lo ocurrido la noche anterior, cuando los funcionarios destinados en el módulo 5 frustraron las intenciones de varios reos que pretendían fugarse del recinto a través de dos butrones excavados en las paredes de las celdas 28 y 49.

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¿Cómo se percataron de lo que estaba ocurriendo? A lo largo de la tarde el estado de nerviosismo de algunos internos despertó las sospechas de los funcionarios del centro que durante sus años de trabajo han desarrollado un sexto sentido para detectar situaciones que rompen la normalidad en un recinto en el que la rutina y la disciplina son el valor más preciado. Sobre las 20.30 horas, los trabajadores empezaron a escuchar ruidos procedentes de dos de los habitáculos del mencionado módulo, se acercaron sigilosamente y descubrieron los butrones que se habían efectuado tras los lavabos situados a la entrada de las celdas.

Los agujeros unían las habitaciones con el denominado patinillo, una especie de patio pequeño en el que están situados los cuadros eléctricos y los contadores. Desde allí y a través de una escalera, o incluso escalando por las tuberías, los presos podrían haber accedido al tejado y una vez arriba, descolgarse con sábanas atadas hasta la calle, pero dentro del recinto penitenciario. Se desconoce el plan que tenían los presos, así como el o los instrumentos empleados para hacer los boquetes, aunque el estado avanzado de uno de los agujeros por el que ya cabía una persona hace sospechar que la fuga podría haber sido inminente.

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Una vez descubiertos los butrones, los tres internos que ocupaban las dos celdas –en una de ellas había dos– fueron trasladados a aislamiento.

Los sindicatos de funcionarios de prisiones han denunciado durante años la situación que se vive en el centro penitenciario de Logroño, un recinto de categoría 2.2, la escala más baja en el rango de prisiones, en el que en teoría solo podrían estar internos en tercer grado. Sin embargo, alberga reos de todo tipo, llegó a ser la cárcel del país con más terroristas de ETA en su interior, y a día de hoy conviven algunos de los presos más peligrosos, incluido un miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), recién llegado desde la cárcel de Álava. El grueso de los presos más conflictivos se encuentra precisamente en el módulo 5, entre ellos un hombre con 50 sanciones disciplinarias sin cancelar por altercados que ha protagonizado en otros centros penitenciarios del país.

Desde el sindicato Acaip-UGT denunciaron ayer en una nota de prensa la política penitenciaria que mantiene la secretaría general de Instituciones Penitenciarias respecto a la cárcel de Logroño. Se trata, sostienen, de un centro de categoría C, «que no está preparado para albergar cierto tipo de internos, tanto por infraestructuras, como por la falta de personal existente».

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En los últimos seis meses, de acuerdo con sus datos, se ha producido un incremento en el número de internos que ronda el 20%. Son presos llegados de otras comunidades, sin ninguna vinculación y con expedientes disciplinarios graves.

Los funcionarios escucharon un ruido procedente de las dos celdas en las que se efectuaron los butrones

Los sindicatos exigen el traslado inminente de los internos implicados en el intento de fuga

Los sindicatos denuncian también que la relación de puestos de trabajo es obsoleta y no hace más que agudizar el problema de la falta de personal. Por tanto, exigen que se adopten las medias oportunas por parte de la dirección y de la secretaría general para paliar las carencias de personal y rebajar el número de internos que actualmente alberga el centro. Por estos hechos, exige el «traslado inminente de todos los internos implicados» y «que se tomen las medidas necesarias para que hechos de esta gravedad no vuelvan a producirse».

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La delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz, felicitó a los funcionarios por detectar los butrones realizados por presos que provenían de otra cárcel. «Ahora están aislados y se han tomado las medidas adecuadas», aseguró para explicar a renglón seguido que el penal de Logroño cuenta con «unas características determinadas», en referencia a la peligrosidad de alguno de los reos que han llegado, como denuncian los sindicatos, pero añadió que dispone de «un número inferior de presos a los que podría albergar».

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