El final de un gran camino solidario

«Mil peregrinos, mil historias, y cada uno tiene la suya», esas son las palabras de Enrique (Quique) Ramos, un logroñés que acaba de terminar, junto con sus hijos (Lola de 10 años y Yago de 4), el Camino de Santiago. Pero para historia la suya: 'Dos Ramos en el Camino' es un pequeño gran proyecto que repiten por segundo año, ya realizaron el camino en 2018, pero este año se ha sumado Yago. El objetivo era recaudar fondos para la Atrofia Muscular Espinal (AME), una enfermedad muy grave que padece Paz, prima de los pequeños peregrinos, la cual es la principal causa de mortalidad infantil en menores de 2 años. En España actualmente afecta a unos mil españoles.

En el caso de Paz, tiene AME tipo 1 y su esperanza de vida era de 2 años, pero la enfermedad no ha podido con esta gran luchadora que ya tiene 7.

«Es una coctelera de emociones: alegría, pena, tristeza, orgullo...», comenta Quique desde Santiago. Comenzaron el viaje el pasado 17 de julio y tras 30 etapas, 800 kilómetros y 30 días, finalmente han llegado. Ahora van a disfrutar algunos días de la capital gallega.

El proyecto comenzó con buenas sensaciones para los Ramos y su objetivo era conseguir 10 euros por kilómetro recorrido. El total de donaciones al final del camino ha ascendido a casi 9.000 euros.

Pero el dinero tampoco era su único objetivo. Para los Ramos también era importante dar visibilidad a la enfermedad. «Era uno de los objetivos tan o más importantes que el económico», afirma. En Instagram han duplicado sus seguidores y muchas personas han compartido su historia y les han acompañado durante su viaje. «Hemos conocido a gente muy guay que nos llevamos ya para siempre, ha habido gente muy entrañable que además me han echado una mano», recuerda Quique aludiendo a una etapa en el camino en la que se les estropeó la silla de Yago. Gracias a la ayuda y al apoyo de la gente consiguieron solucionarlo enseguida. «Cada vez que teníamos un problema de esos, el tener las redes sociales y tener a tanta gente pendiente, fue algo muy especial, muy gratificante. Ha habido una movilización ahí de las grandes», afirma Quique.

Para este padre también ha sido una gran experiencia viajar junto a sus hijos y ha disfrutado con ellos de cada parte del camino y de sus peregrinos. «Ha sido muy bonito y muy emocionante ver cómo se relacionaban ellos», comenta sobre Lola y Yago. «Se han entregado a todos los peregrinos y ya te puedes imaginar a este de aquí con todos los mayores», bromea sobre el pequeño Yago.

Su llegada a la capital gallega ha sido muy especial para toda la familia de Paz. «La madre de Paz llevaba llorando dos días antes de que llegáramos a Santiago y 'Pacita' estaba súper contenta», comenta.

Con este proyecto están logrando grandes retos y no solo están animando a la gente a participar, también se ha animado la propia Paz, la verdadera protagonista de este proyecto, a realizar el Camino de Santiago. A pesar de las complicaciones que conllevaría (como la respiración asistida, la cantidad de polvo, las largas horas de exposición al sol o el hecho de que su madre tendría que acompañarlos), Quique está dispuesto a intentarlo otro año más: «Ya tengo otro posible reto».

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