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En los plenos del Parlamento se habla mucho pero rara vez se decide nada, así que el entretenimiento del respetable público se esconde en los chispazos dialécticos que a veces saltan entre unos diputados y otros. Las pendencias entre IU y Vox son continuas y muy entretenidas. Para colmo, se sientan juntos en el hemiciclo, con los dos extremos ideológicos (el izquierdo y el derecho) separados por un mínimo pasillo.
Los diputados de Vox -Héctor Alacid y Ángel Alda- suelen referirse a Henar Moreno como «comunista», con acento en todas las vocales posibles, y esta mañana la interpelada decidió referirse a Alacid como «fascista». Se estaba discutiendo una moción del partido de Abascal en contra del Pacto Verde europeo y de la Agenda 2030, sus bestias negras favoritas, aunque eso era lo de menos.
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Al subir a la tribuna de oradores, Alacid reclamó a la presidenta del Parlamento, Marta Fernández Cornago, que se retirara el calificativo «fascista» del diario de sesiones. Fernández Cornago detuvo el pleno para consultar el peliagudo problema terminológico con los servicios jurídicos de la cámara y luego dio voz a Henar Moreno. «El señor Alacid acostumbra a llamarme a mí comunista y no me ofendo; pero creo que él se puede definir como fascista porque esa ideología encaja con la mayoría de las tesis que defiende en este Parlamento», ha señalado la portavoz de IU.
Alacid, sin embargo, reniega de ese calificativo: «Yo le llamo comunista porque usted misma se define así. Si está de acuerdo con un movimiento que ha causado la muerte de millones de personas es problema suyo; pero a mí no me llame franquista ni fascista ni maltratador porque no lo soy». Tras el intercambio de mandobles dialécticos y ante la pregunta final de la presidenta del Parlamento, Henar Moreno acabó retirando el calificativo: «Si el señor Alacid se siente ofendido no tengo inconveniente en retirarlo».
Minutos antes, la diputada del PP Begoña Martínez Arregui había definido a los parlamentarios de Vox como «destroyers», apelativo anglosajón que no suscitó tanta controversia y acabó figurando en el diario de sesiones sin necesidad de elevar consultas a los servicios jurídicos de la cámara.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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