Fallece a los 84 años Joaquín Espert, presidente de La Rioja entre 1987 y 1990

Joaquín Espert Pérez-Caballero (Logroño, 1938), presidente de la Comunidad Autónoma de La Rioja entre 1987 y 1990, murió este miércoles de forma repentina en su domicilio a los 84 años de edad. Fue encontrado por la mañana en la cama sin vida por su mujer, lo que ha sorprendido a su entorno más cercano puesto que, al margen de algunos achaques, gozaba de buena salud. Abogado de profesión, llegó a la vida política de la mano de Alianza Popular (AP), en 1984, de la que fue el primer secretario general en La Rioja y posteriormente su presidente. De hecho, fue elegido presidente de La Rioja en 1987 -el cuarto tras Javier Rodríguez Moroy (PRP), Antonio Rodríguez Basulto y José María de Miguel (PSOE)- por la todavía AP, que acabó diluyéndose en 1989 con la fundación del actual Partido Popular (PP).

Espert, que asumió la presidencia de La Rioja en minoría (el PSOE había ganado las elecciones de 1987 pero sin absoluta), gobernó gracias al apoyo del Partido Riojano Progresista (PRP) y del CDS, pero en 1990 los socialistas recuperaron el Gobierno con José Ignacio Pérez Sáenz, también abogado, liderando una moción de censura que contó con el apoyo de tres diputados del PRP, entre ellos los dos iniciales del CDS que durante la legislatura se integraron con los regionalistas como independientes.

Fue un pleno convulso, incluso el presidente del Parlamento, el socialista Félix Palomo, tuvo que recurrir a la Policía Nacional para apaciguar la Cámara y Espert llegó a decir en la tribuna sentirse «vendido por 30 monedas y traicionado por los indeseables tránsfugas». Probablemente, a Joaquín Espert le tocó vivir como presidente algunos de los años más convulsos de la joven política riojana. Partidos inestables, comenzando por el suyo propio, con un CDS en crisis y con dos diputados escindidos e integrados en el PRP, un emergente partido regionalista que, aún siendo minoritario, fue decisivo tanto para auparle a la presidencia como para descabalgarle: «Sin duda fueron los momentos más duros de mi vida política. Mi gobierno estaba en minoría y tras la ruptura del CDS se precipitaron los acontecimientos de forma bastante irracional para sacarnos del poder. Fue complicado y todavía guardo un regusto amargo». Con estas palabras recordaba Joaquín Espert Pérez-Caballero, en una entrevista en el año 2010 con Diario LA RIOJA, el final de su etapa, de apenas tres años, como presidente de La Rioja.

Aunque continuó como diputado regional hasta 1993, refundó su despacho de abogados tras la moción de censura y se apartó de la primera línea política, tanto de las listas como de la presidencia del PP tras un amargo congreso interno que había ganado en 1990 a José Antonio González Garnica creando una honda división en el partido: «Si lo he sido todo políticamente con el PP ha sido gracias a Joaquín Espert», recordaba ayer el exmandatario regional Pedro Sanz, muy afectado por el fallecimiento.

Espert se apartó en el siguiente congreso del PP, el de 1993, en favor de un joven Pedro Sanz, que había sido durante tres meses su director general de Bienestar Social hasta la moción de censura, y quien consiguió refundir todas las sensibilidades para, en las elecciones de 1995, abrir una etapa de 25 años de gobiernos populares.

Compaginándolo con su ejercicio de la abogacía, Espert lideró la lista del PP por La Rioja al Senado en 1993 y ejerció como senador hasta el año 2004. En el 2001 fue además nombrado por Pedro Sanz presidente del Consejo Consultivo de La Rioja, el máximo órgano jurídico de consulta del Ejecutivo, un cargo que ocupó durante 20 años hasta que fue sustituido por el, en su momento, principal rival político, José Ignacio Pérez Sáenz, con lo que algunas de las leyes más importantes de la Comunidad Autónoma llevan su visto bueno, recordaban este miércoles, con cariño, muchos de los profesionales de la abogacía.

Pese a aquellos intensos momentos de primera línea de la política riojana, Joaquín Espert, que inauguró la actual sede del Parlamento, será recordado por su carácter tranquilo, su afabilidad y su profesionalidad a la hora de ejercer la abogacía. Pese a su cese como presidente del Consejo Consultivo, Espert seguía trabajando de forma esporádica en algunos casos hasta el año pasado.

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