La inmunidad híbrida, el mejor escudo frente al COVID-19. Ese es el principal dictamen de un estudio desarrollado entre marzo y diciembre de 2021 por la Clínica Universidad de Navarra, con la colaboración de 709 de sus profesionales como voluntarios. El trabajo, cuyos resultados ... se han publicado ahora en un artículo en la revista Scientific Reports, viene a demostrar que la protección frente al COVID aumenta con la inmunidad híbrida, cuando se combina la natural, aquella generada por haber pasado la infección, con la que produce la administración de la vacuna contra el SARS-CoV-2. El estudio formará parte de la tesis doctoral de Leire Fernández Ciriza, microbióloga en el hospital San Pedro y una de las participantes en este trabajo de la Clínica Universidad de Navarra, que se ha bautizado como Proyecto SAVIN (SARS-Cov-2 Vaccine Immunity Navarra) .
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El Proyecto SAVIN, desarrollado por los servicios de Microbiología y Bioquímica de la clínica, se inició en marzo del año pasado y se prolongó durante casi diez meses con la realización de análisis de sangre con las muestras de los voluntarios, para estudiar la producción de anticuerpos y la inmunidad celular en un grupo de profesionales de la Clínica a los que se había inoculado combinaciones de las vacunas de Moderna, Pfizer o AstraZeneca, y que conformaban cinco pautas distintas de vacunación.
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«El trabajo se ha realizado sobre una población muy amplia», destaca el doctor Gabriel Reina, microbiólogo de la Clínica Universidad de Navarra y autor senior del estudio, quien resalta «la solidez de los resultados gracias al seguimiento durante nueve meses y la novedad que supone haber introducido el estudio de la inmunidad celular en dos puntos del estudio».
«Tenemos información de los niveles de anticuerpos y hemos podido observar su dinámica según las diferentes pautas vacunales y, también, los hemos diferenciado en las personas que habían pasado la infección por el virus SARS-CoV-2 de las que no la habían sufrido», explica el especialista que añade una conclusión novedosa: «La segunda dosis de la vacuna no aporta más protección en las personas que habían sido vacunadas una vez y que habían pasado la infección, la inmunidad híbrida es la que confiere una inmunidad más potente y se mantiene a lo largo de los nueve meses del estudio, tanto en los niveles de anticuerpos como en la propia inmunidad celular, que es la capacidad de nuestro sistema inmune para luchar de forma específica y efectiva contra el virus, independientemente de la variante».
Pero el estudio de la Clínica Universidad de Navarra, que ha contado con la colaboración de la compañía farmacéutica Roche, que ha financiado los reactivos necesarios para la determinación de anticuerpos, ha permitido, además, valorar la efectividad de las vacunas desarrolladas con tecnología de ARN mensajero (Moderna, Pfizer) y compararla con la de un virus recombinante (AstraZeneca). «Queríamos saber cuánto tiempo de protección ofrecían unas vacunas que se habían desarrollado con una tecnología muy novedosa y, por ello, nos propusimos medir la inmunidad a lo largo de nueve meses, y hemos observado que las vacunas de mRNA inducen una respuesta humoral –de anticuerpos- y celular más potente y duradera», asevera el doctor José Luis del Pozo, director de los servicios de Microbiología y de Enfermedades Infecciosas, quien señala rotundo que «con este trabajo confirmamos que las vacunas funcionan. Ya hemos visto que reducen la transmisibilidad del virus y la mortalidad, pero con este trabajo justificamos que son efectivas porque generan una inmunidad celular duradera, no solo porque generen la producción de anticuerpos».
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Esta conclusión podría tener incidencia incluso en las próximas campañas vacunales, ya que el doctor Del Pozo considera que «lo lógico es que las recomendaciones respecto a nuevas dosis de la vacuna se establezcan en función de los riesgos de salud de cada persona, además de en función de si han generado inmunidad celular o no».
Respecto a la situación de la pandemia y su posible evolución, el doctor Del Pozo opta por la cautela: «Nadie es capaz de predecir qué va a pasar. En este momento, las variantes de SARSCoV2 se parecen cada vez más a los otros coronavirus humanos, pero, todavía siguen generando enfermedad severa y mortalidad en los más vulnerables». Tras admitir que «conocemos mucho mejor al virus, pero todavía nos queda mucho camino por recorrer», el especialista urge a abordar las mejoras necesarias en el sistema sanitario, entre las que cita «robustecer la Atención Primaria, mejorar las infraestructuras hospitalarias, dotar mejor a nuestras UCI, en formar el suficiente personal sanitario para adecuarlo a las potenciales necesidades o impulsar la creación de especialidades imprescindibles como la de Urgencias y Emergencias o la de Enfermedades Infecciosas».
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Leire Fernández Ciriza. Microbióloga en el hospital San Pedro
Facultativo especialista en Microbiología en el hospital San Pedro, Leire Fernández Ciriza (Pamplona, 1992) completó hasta el pasado verano el programa FIR (Farmacéutico Interno Residente) en el Servicio de Microbiología de la Clínica Universidad de Navarra. Ha participado en el desarrollo del Proyecto SAVIN (SARS-Cov-2 Vaccine Immunity Navarra) sobre el que ahora realiza su tesis doctoral, que espera que le aporte información que le sirva en su labor en el complejo logroñés.
- ¿Cuál ha sido su misión en el proyecto SAVIN de la Clínica Universidad de Navarra?
- He colaborado en el tema del reclutamiento de los voluntarios, la comunicación y recogida de datos, pero sobre todo me he ocupado de gestionar la recogida de las muestras de sangre y del procesado de sus análisis para medir tanto la inmunidad humoral, los anticuerpos, como la celular, la capacidad del sistema inmune para luchar contra el virus, producidas por las vacunas contra el COVID.
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- Aparte de la gran conclusión, que es que la protección contra el COVID aumenta cuando se combina la inmunidad natural con la generada por las vacunas, del estudio parece desprenderse también que no sería necesario una vacunación generalizada de toda la población, sino en función de los individuos, ¿es así?
- Eso es. Basándonos en los resultados obtenidos pensamos que se podría hacer algo más dirigido, según el tipo de persona o de paciente, pero bueno eso siempre queda en manos de las autoridades competentes.
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- ¿El estudio sigue adelante para conocer si la efectividad vacunal se prolonga más en el tiempo?
- Sí, el estudio sigue adelante de cara a la tercera dosis que se nos ha puesto. En ello estamos, sí, y con los mismos voluntarios.
- Las vacunas ARN mensajero han demostrado su mayor eficacia. ¿Son el futuro? ¿Es sencilla su adaptación a nuevas variantes?
- Aunque eso se sale un poco del estudio, sí que parece que es una tecnología novedosa que funciona muy bien, con buena eficacia y también en cuanto a la duración de su protección.
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- Todo esto va a formar parte de su futura tesis doctoral en Medicina Aplicada y Biomedicina. ¿Puede avanzar algo? ¿Para cuándo estima que estará lista?
- De momento ya hemos dado un primer paso con la publicación de un primer artículo y estamos preparando el segundo del que no puedo avanzar nada. En cuanto a la tesis espero que más pronto que tarde acabe saliendo a la luz y que todo lo que me aporte lo pueda aplicar aquí en el San Pedro en algún momento.
- ¿Qué nos falta por saber del SARS-CoV-2?
- Buff. Queda por saber, sí, pero se ha avanzado mucho en solo dos años y una de las lecciones que nos ha dejado la pandemia es la importancia de la investigación.
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- ¿Nos ha demostrado que no estábamos preparados y que la racanería con los investigadores se paga?
- Pues sí, es evidente que la investigación es clave, vital, y así se ha demostrado con todo esta crisis sanitaria que hemos sufrido.
- ¿Qué podemos esperar de este coronavirus? ¿Que haya pasado el mayor riesgo, que mute y vuelva a ser un enemigo temible...?
- Yo no soy experta, pero para mí ahora mismo es una incógnita, aunque sí parece que avanza de una forma menos virulenta, que era una de las hipótesis que se barajaba, que mutase hacia convertirse en un virus más contagioso pero menos letal. No tengo una bola de cristal, pero sí parece que estamos saliendo por fin.
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