Borrar
El rey saluda al público congregado ayer en la plazadel Ayuntamiento.

Ver fotos

El rey saluda al público congregado ayer en la plazadel Ayuntamiento. Sonia Tercero

El rey de España tiene su sitio en Logroño

Felipe VI ha visitado una vez más Logroño con un breve un recorrido a pie por la ciudad donde (casi) nada escapó a la agenda, los vítores y el protocolo sanitario e institucional

Teri Sáenz

Logroño

Sábado, 25 de septiembre 2021, 02:00

Felipe VI recaló este viernes en Logroño. Bajó del coche oficial para caminar por el centro de la ciudad recolectando aplausos y sembrando saludos, departió relajadamente con las autoridades y algún viandante anónimo y se marchó maravillado por la acogida entre promesas de una próxima visita en breve. Y todo, en apenas dos horas de estancia en los últimos suspiros del San Mateo más atípico que ha combinado el pañuelo de fiestas al cuello con las mascarillas en la boca.

Así se resume el paso este viernes del rey por la capital riojana respondiendo a la invitación del Ayuntamiento para poner el broche más regio a la celebración del V Centenario del Sitio. Una cita pautada al milímetro como todas las que tienen a sus Majestades de protagonistas, y como es también preceptivo, marcadas por el desafío de que el estricto ceremonial de seguridad que guía cada salida del monarca rezume una pátina de naturalidad y cercanía sin resbalar hacia la campechanía que antes tanto se ponderaba pero ahora cotiza a la baja. Con una agenda tan rígida, la única nota de color la dibujan los escasísimos detalles que llegan a escaparse de un abrumador andamiaje de escoltas, limpieza de rincones, horarios inquebrantables y puntos a partir de los cuales no se puede dar un paso más allá. Hasta la ruptura del protocolo forma parte del protocolo.

Sonia Tercero

¡Viva España! ¡Viva el rey! –y algún más tímido 'Viva La Rioja!– le brindaron como bienvenida el primer puñado de curiosos reunidos en la Plazuela Alonso de Salazar, a donde llegó con casi 30 minutos de retraso sobre la hora anunciada. Según fuentes oficiales, por motivos técnicos del vuelo que le condujo hasta La Rioja un día después de visitar La Palma por un motivo mucho menos gozoso. Precisamente la apelación desde la distancia de un periodista sobre sus impresiones tras conocer de primera mano los devastadores efectos del volcán Cumbre Vieja marcó la primera muesca fuera de lo previsto. «Hay que ayudarles», se intuyó que respondió Felipe VI antes de hacer parada en el Espacio Lagares y después recorrer a pie el tramo por el que transita también el Camino de Santiago como guiño a otra seña de identidad de la capital. En todo momento, sin dejar de empuñar la vara de mando que el alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, le cedió al llegar antes de mostrarle la maqueta y lo paneles instalados junto a la Iglesia de Santiago con algunos de los hitos y vestigios que perduran desde el histórico 1521.

Imagen principal - El rey de España tiene su sitio en Logroño
Imagen secundaria 1 - El rey de España tiene su sitio en Logroño
Imagen secundaria 2 - El rey de España tiene su sitio en Logroño

La visita concluyó con un encuentro de Felipe VI con una representación de la sociedad civil logroñesa, implicada también en la lucha contra la pandemia

Flanqueado también por Concha Andreu, el presidente del Parlamento, la delegada del Gobierno y la ministra portavoz Isabel Rodríguez en representación de La Moncloa, el rey no dejó de recibir elogios de los transeúntes y algún peregrino boquiabierto que le esperaban tras las vallas que acotaron el recorrido por las calles Sagasta, Mercaderes y Rúa Vieja. Saludos a los que el invitado respondió con el gesto de la mano sobre el corazón que la pandemia ha impuesto, mientras conocía primero el nuevo punto de información turística del Consistorio logroñés así como una parte de la exposición 'El Camino del Vino'. El preámbulo que le condujo a ingresar al Calado de San Gregorio como enseña del pasado de la ciudad.

El limitado despliegue de público por en el Casco Antiguo se amplió al llegar a la explanada de la plaza del Ayuntamiento, donde fue recibido a toque de tambores por un grupo de recreacionistas a los que Felipe VI interrogó sobre los pormenores de su indumentaria. Una parada fugaz en comparación con la que mereció Carlos Zumarán, un chaval de 14 años apostado tras el vallado que logró que don Felipe parara frente a él y rubricara su nombre sobre la bandera de España que llevaba consigo. «Estoy emocionadísimo, la voy a colgar en mi habitación», confesaba desbordado por un protagonismo inesperado que se coló por las rendijas del guion oficial. Quienes sí se ciñeron a él fueron los miembros de la Corporación presentes que saludaron a su Majestad –incluso los abiertamente republicanos– para posar después en la foto de familia que precedió a un encuentro, ya en el interior del edificio, junto a representantes de la sociedad civil. En torno a 60 integrantes de la cultura, el tercer sector, la sanidad, la empresa, las tradiciones o asociaciones de vecinos, repartidos en grupos y en calidad también de implicados de una u otra forma en la lucha contra el COVID, con los que el rey conversó en privado y todo lo cerca que posibilita la actual coyuntura. Se lo dijo a ellos y lo dejó escrito en el libro de honor al concluir la visita: tengamos confianza en superar poco a poco la pandemia y que la sociedad vaya recuperándose.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja El rey de España tiene su sitio en Logroño