La escalada inflacionista anula el poder adquisitivo de los salarios de los riojanos

La escalada de la inflación ya repercutió negativamente sobre las retribuciones de los riojanos el año pasado. Durante 2021, el IPC aumentó el 5,1% frente a una subida salarial pactada por convenio del 1,55%. Es decir, la vida se encareció para los trabajadores de la región a una velocidad que triplicó la revalorización de sus retribuciones. Medido en tasa interanual, el ritmo de escalada del IPC casi cuadruplicó al anotado por los salarios.

Y como la inflación no ha dejado de crecer en 2022, la brecha que la distancia con las nóminas tampoco ha dejado de ampliarse anulando por completo el poder adquisitivo ganado a través de la negociación de los convenios colectivos.

Por eso, los sindicatos inciden en las denominadas cláusulas de garantía salarial, que blindan los salarios frente a los vaivenes de los precios; es decir, protegen a los trabajadores para que en ningún caso pierdan poder adquisitivo. Si la inflación sube más que los sueldos pactados, se actualizan a final de año o de periodo y se compensa. Pero en un escenario donde el IPC está desbocado y crece ya por encima del 10%, los empresarios se negaron rotundamente a incluir en el pacto salarial esta cláusula de revisión que exigen los sindicatos para firmarlo. En el conjunto del país, el 25% de los trabajadores están protegidos contra el alza de los precios vía cláusula.