Y en verano... más comida a la basura

¿Qué significan esos 1.399 millones de kilos de comida? Pues que casi cinco de cada 100 kilos de comida que compramos acaba en el cubo de la basura. Haga el cálculo en euros, si quiere, y en coste medioambiental de toda esa cantidad de comida producida, envasada, transportada, mantenida... y tirada.

Lo peor es que, además, no hay visos de que la cosa vaya a mejor. De hecho, en el último panel publicado hace unas semanas (que corresponde al año 2018) la cantidad no ha bajado, sino más bien lo contrario: tiramos el 8,9% más que en el 2017, es decir, hemos echado al contenedor 109 millones de kilos-litros más que en el año 2017.

¿Le parece mucho? Sin duda, lo es. Y ahora mismo, en estas semanas, en realidad es más: el calor es el culpable de que en los meses de primavera-verano, según el Ministerio, nuestro ritmo de desperdicio alimentario suba mucho, hasta el 10% sobre el resto del año.

La mayoría de lo que tiramos, además, va directamente del supermercado al frigo, y de ahí a la basura, sin que nos sirva para nada. Así ocurre con 1.127 de esos 1.399 millones de kilos; el resto, 212 millones de kilos, pasaron al menos por algún tipo de elaboración: son las «sobras» de la comida cocinada de más.

Y ya por fin, ¿qué tiramos? Pues lo lógico: lo que se caduca antes. Lo que más es la fruta, seguida de verduras y legumbres, y en tercer lugar los lácteos. En cuarto lugar quedan las bebidas.

El Ministerio mantiene una interesante web (menosdesperdicio.es) en la que hay muchísimos datos sobre este fenómeno, y también muchos consejos para productores, distribuidores y, lo que nos interesa ahora, consumidores. El objetivo: disminuir esos millones de kilos lo máximo posible. Ahí van tres consejos sencillos y muy útiles:

-Planificar (al comprar): un consejo que vale para todo, desde comer mejor, adelgazar hasta, ahora, tirar menos comida. Si vamos al súper con la lista de la compra hecha y a partir de un menú semanal, compraremos menos comida, gastaremos menos dinero y desperdiciaremos menos.

- Planificar (al almacenar): como ya hemos dicho, la mayoría de lo que tiramos va directamente del frigo a la basura. Hay que revisar periódicamente la nevera y la despensa, y usar la cabeza al ordenar las cosas. En lo perecedero, la regla es fácil: el primero que entra, el primero que sale.

- Ajustar las raciones: si cocinamos menos cantidad, comeremos menos cantidad (eso siempre es sano, al menos en el primer mundo) y, desde luego, generaremos menos sobras.