EL DINERO BAJO EL COLCHÓN
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MARTÍN TORRES GAVIRIA
Lunes, 29 de julio 2019, 13:12
El objetivo del Banco Central Europeo (BCE) es doble: paro e inflación. Todas las medidas que está aplicando últimamente van orientadas a incrementar el consumo para crear más puestos de trabajo y subir la inflación. Y precisamente su medida estrella es bajar los tipos de ... interés. La teoría es fácil, se bajan los tipos de interés, la financiación es más barata, se paga menos cuota por los préstamos, nos queda más liquidez que usamos para consumir más y eso hace que se creen más puestos de trabajo y al final la inflación sube. Ya está, objetivos cumplidos. Pero en economía, como en muchas otras ciencias, las medidas buenas lo son hasta un cierto límite y a partir de ahí son perjudiciales. No recuerdo nunca unos tipos de interés tan bajos; incluso los tenemos en negativo: Euribor a un año, -0,31% . Esto, lejos de ser bueno, tiene sus consecuencias: hay una pérdida de ahorro porque entre los bajos intereses y la inflación perdemos poder adquisitivo; se incrementan las comisiones a pagar y sube la inflación. Pero sobre todo, al no tener retribución el ahorrador de renta fija se ve obligado a invertir en renta variable aumentando considerablemente el riesgo. Para el ahorrador conservador, no hay remedio.
El Banco Central Europeo (BCE) les cobra a los bancos, para forzarles a prestar dinero, un 0,4% por toda su liquidez sobrante depositada en el BCE. Es decir, les penaliza por el dinero no invertido; que no deja de ser más que los depósitos de los clientes. El año pasado el BCE cobró 8.000 millones de euros del sistema bancario europeo. A los bancos españoles les tocó pagar 400 millones. Cuanto más dinero sobrante tengan los bancos peor para ellos, más dinero les cuesta. Se comenta que en septiembre el BCE va a incrementar esa tasa por exceso de liquidez y como consecuencia de ello ya hay entidades de crédito que han advertido que trasladarán ese costo a sus clientes. Por supuesto que empezarán por las cuentas inoperantes y los clientes menos vinculados, pero ¿se generalizará el cobro? ¿Terminaremos pagando por los depósitos de ahorro? Esto abre un debate muy importante. Si los tipos de interés siguen tan bajos y se aumenta la tasa por exceso de liquidez a los bancos, éstos se verán obligados a cobrar por los depósitos y trasladar ese coste a los clientes. Y los clientes, ¿qué harán? Pues sacarán el dinero y pagarán en efectivo. Lo guardarán bajo el colchón, lo que ocasiona un problema de seguridad, o en una caja fuerte. Y ahí es donde los analistas dicen que está el límite para sacarlo o no: el coste de seguridad. Si nos cuesta más la caja de seguridad que la tasa de liquidez lo dejaremos en el banco y si no lo sacaremos y fortaleceremos el mercado del efectivo en contra de la tarjeta, el móvil, bizum, la banca on line, etc. Los avances tecnológicos han venido para quedarse y evitar el dinero en efectivo dándonos comodidad, agilidad y seguridad, pero puede llegar un punto en el que el cliente cuantifique la seguridad y no esté dispuesto a pagar más y disponga de su dinero en efectivo como le de la gana. Tan peligroso para la libertad del individuo es un mundo sin efectivo, como sin medios de pago tecnológicos. Ambos deben convivir, pero con eficiencia, eficacia y de la forma más rentable y segura para el cliente.
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