Javier García I Secretario general del PSOE de La Rioja

«No ha habido suficientes espacios de debate interno en el partido, conmigo habrá más»

– ¿Cómo se siente? ¿Aliviado?

– Me siento muy emocionado y muy responsabilizado; esos son los dos sentimientos que tengo en este momento. Alegría por haber cosechado muchos apoyos y poder cumplir así el sueño de ser secretario general del partido. Y también me pesa ya la responsabilidad de este reto apasionante y complejo que afronto.

– ¿Cómo interpreta el hecho de que, pese a todos los nombres que han salido y que no descartaban concurrir a las primarias, al final no haya tenido rivales?

– Creo que eso se ha dado porque incluso aquellas personas que han podido estar pensándoselo han entendido que yo podía ser la persona para liderar el nuevo tiempo. Creo que han entendido que puedo dirigir un partido en el cual todo el mundo se sienta cómodo.

– Habla de que todo el mundo se sienta cómodo. Eso a veces es difícil. Entre los apoyos que ha recibido hay gente de familias socialistas diferentes. ¿Van a encontrar todos encaje en la nueva Ejecutiva?

– En primer lugar, lo más bonito que me llevo es que siendo tan difícil, en la política en general y en la izquierda en particular, concitar apoyos de tantas corrientes diferentes haya sido un éxito. El éxito no ha sido tanto llegar a la Secretaría General como haber concitado el respaldo de gente mayor, de gente joven, de militantes, de no militantes, de gente más a la izquierda o más templada... Y, en segundo lugar, la dirección no va a ser lo más importante de este periodo. Voy a hacer una dirección más operativa, más eficaz, con perfiles cualificados y con gente que sea mejor que yo. En mi vida política siempre me he rodeado de gente mejor que yo y me ha ido muy bien. También habrá otros órganos, como el consejo de alcaldes, alcaldesas y portavoces en la oposición, y un tanque de pensamiento que va a nutrir a esa dirección de decisiones y de orientaciones políticas. Quiero hacer el partido de abajo arriba y por eso no quiero una política de élites, que no va conmigo.

– En los manifiestos de apoyo, se insistía en la necesidad de abrir más espacios de debate interno. ¿Siente que estos años no ha habido los suficientes?

– No ha habido los suficientes espacios de debate. Pero no es un problema solo del PSOE a todos los niveles, sino de la socialdemocracia en general. Los partidos de derecha nunca van a ser todo lo democráticos y abiertos que son los partidos de izquierda; pero dentro de la izquierda han faltado espacios de debate. Quiero propiciar comités regionales que se reúnan con más asiduidad, espacios internos de discusión, una escuela de formación y ese consejo de alcaldes y alcaldesas que será una dirección bis. Conmigo va a haber más debate interno, sin lugar a dudas.

– ¿Y cómo va a gestionar ese debate interno para que las discrepancias no acaben en disidencias?

– Es un equilibrio que no es fácil. Creo en un partido que discrepe internamente, pero que luego salga a defender un proyecto unitario. La disidencia se produce cuando no hay debate interno. Si no hay otro foro en el que decir las cosas... Cuantos más espacios de debate interno haya, menos justificación tendrán aquellos que prefieren hablar en público. Ha habido gente en estos años que ha ido al periódico o a las televisiones a hablar porque no han tenido asambleas y comités donde decir lo que piensan. Y eso es un error de la dirección del partido.

– Para muchos secretarios generales del PSOE, la agrupación local de Logroño ha sido una piedra en el zapato. ¿Teme que le suceda lo mismo?

– La agrupación socialista de Logroño es la más importante en número de militantes. Yo ya dije que voy a respetar y voy a propiciar que se respete la autonomía de la agrupación socialista de Logroño. Más que una piedra en el zapato, no se ha sabido por parte de las direcciones autonómicas concitar la lealtad, el respeto y la colaboración con Logroño. Eso es lo que yo voy a intentar con todas mis fuerzas: que Logroño vuelva a ser lo que fue en tiempos de Tomás Santos, de Vicente Urquía.

– Y, mirando hacia arriba, ¿teme alguna injerencia de Ferraz si adopta medidas que a ellos no les convenzan?

– Si el PSOE es un partido federal porque cree en una España federal, se tiene que respetar lo que los partidos a nivel autonómico defendamos en lo doméstico. En los principios que conforman el ideario socialista no voy a ser una piedra en el zapato para Ferraz, pero en los asuntos que afecten a los riojanos seré autónomo, que no independiente. Tengo buenas relaciones con Ferraz y estoy seguro de que no habrá problema en ese cruce de lealtades entre La Rioja y Ferraz.

– Le va a tocar gestionar una travesía en el desierto. ¿La mayoría absoluta del PP es reversible en tres años?

– La pregunta sería si en política se puede descartar algo hoy en día. Nada es descartable. Se han acortado muchísimo los ciclos porque todo va muy deprisa. ¿Quién apostaba por que Sánchez fuera presidente después del 23 de julio? Yo voy a trabajar para que el PP pierda la mayoría absoluta y para que el PSOE recupere el gobierno de la comunidad autónoma. Para eso nos inventó Pablo Iglesias Posse. Necesitamos un partido fuerte, sólido y unido; sin eso no habrá una victoria electoral. Por eso mi primera tarea será poner en pie al PSOE para luego poder competir en los municipios y en la comunidad autónoma.

– Durante muchos años, el PSOE ha practicado la bicefalia: por un lado el secretario general y por otro, el candidato a presidente. ¿Le convence este modelo?

– La bicefalia es un sistema que funciona solo si cada una de las dos cabezas interpreta bien el rol que les toca. Ese es el secreto, como pasa en el PNV o como sucedió en el PSOE de La Rioja con Ángel Martínez Sanjuán y Nacho Pérez, que son dos de mis referentes. La última experiencia, sin embargo, no funcionó y probablemente el error ha sido que no se interpretó bien el papel que cada uno tenía. En definitiva, es un sistema posible en el partido y se decidirá en las primarias que celebraremos en 2026 para elegir al candidato a la presidencia de la comunidad autónoma.

– ¿Y se presentará a esas primarias?

– Yo soy el secretario general y me quiero ahora centrar en lo orgánico y en la actividad parlamentaria. Soy una persona a la que le gusta competir y estaré a disposición de mi partido, pero quiero ser riguroso con los tiempos y prudente con los procesos internos.

– ¿Le ha felicitado ya Ferraz?

– Tengo el teléfono saturado. Jamás en mi vida me había pasado algo semejante. No sé aún si me ha felicitado, pero si no lo ha hecho, lo hará. Tengo muy buena relación con Santos Cerdán, con Juan Francisco Serrano y con el propio Pedro Sánchez mantengo un trato cordial.

– ¿Ya sabe quién va a ser su secretario de Organización?

–Yo lo sé, pero esa persona no lo sabe, así que no sé si va a aceptar. Tengo la Ejecutiva en la cabeza. Toda. La estructura, el tamaño, los cargos. A partir de enero tendré que sentarme con cada uno para convencerles de que vengan conmigo al equipo. Pero la estructura y los perfiles los tengo claros desde hace tiempo. Del mismo modo tengo en la cabeza quiénes van a liderar tanto el consejo de alcaldes y alcaldesas como el tanque de pensamiento.

– ¿Va a cambiar mucho con respecto a la Ejecutiva anterior?

– Sí; va a haber cambios importantes porque yo tengo una orientación diferente. Cada secretario general imprime su propia forma de ver las cosas.