Alberto Romero posa antes de la entrevista en el tejado de la sede de Aresol, en el polígono de La Portalada. Suleyman Evran / Sadé Visual

Alberto Romero | Director ejecutivo de Aresol

«Por fin vamos a ser independientes en energía y eso nos permitirá atraer a la gran industria intensiva»

El CEO de la compañía riojana de renovables defiende que «somos un vecino cómodo para el sector agrario, no damos guerra y se ocupa poco terreno»

Domingo, 21 de julio 2024, 08:31

Algo más de la mitad de la energía que generó La Rioja el año pasado, en concreto el 51%, procedió de energías fósiles. La solar apenas supuso el 6%, aún muy lejos de la eólica. La empresa riojana Aresol Renovables lidera un proyecto para revertir ... esta situación, para que la fotovoltaica cobre protagonismo –creando un tercio de la energía que ahora se consume en la región– y repercuta de manera positiva en la reducción de emisiones de C02 a la atmósfera de 220.000 toneladas al año, lo que equivale a plantar siete millones de árboles. El director ejecutivo, Alberto Romero (Logroño, 1970), está convencido de que el parque Casafuerte, que ocupará 660 hectáreas, «es perfectamente compatible con los usos agrícolas y el impacto paisajístico será mínimo, sin ruidos ni perturbaciones para la fauna».

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– ¿En qué punto está el proyecto? ¿Siguen con sus ambiciosas previsiones?

– Después de estar desarrollando proyectos por toda España, y ahora tenemos en Badajoz, Aragón o Toledo, vamos a ser profetas en nuestra tierra. Las obras en Casafuerte ya están en marcha con la idea que entré en funcionamiento a finales de 2025. Tenemos claro que la fotovoltaica es ahora la fórmula más barata de producir energía y, de hecho, a veces se nos acusa por el lado financiero de que estamos bajando los precios.

– Abaratar la factura de la luz es, a su juicio, ¿uno de los grandes impactos positivos de la energía solar?

– Es uno de ellos, desde luego. Siempre nos h an dicho que hay que planchar por la noche, poner la lavadora por la noche, que a la industria le resultaba más barato producir de noche... En cambio, con la entrada de la fotovoltaica, ese paradigma va a cambiar. En las horas solares, de las 11.00 a las 17.00, los precios ya están muy abajo. Pero aún no estamos preparados para cambiar los patrones de consumo. Y aparte de esto, es que estamos hablando de una tecnología local soberana, que la tenemos aquí por primera vez y que nos va a permitir no tener que depender de fuera.

– ¿Qué quiere decir? Explíquese, por favor.

– Yo he estudiado Economía y se nos ha dicho siempre que España era deficitaria en energía y que no teníamos suficientes recursos. Ahora esa lacra histórica desaparece y por fin vamos a ser energéticamente independientes. Y además de las propias ventajas de generar empleos e inversión, nos va a permitir por primera vez atraer grandes industrias que son intensivas en energía y que pueden venir a España porque la factura de la luz va a ser más barata. Está sucediendo en Aragón con los centros de datos –Amazon invertirá 15.700 millones de euros para ampliar los tres 'data center' que tiene en esa comunidad y construir un cuarto, generando 7.000 empleos en la próxima década–.

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Autocrítica

Las renovables han irrumpido en poco tiempo y ciertas malas prácticas han podido soliviantar al campo

Energías muy diferentes

«El impacto de la fotovoltaica no tiene nada que ver con la eólica, no hay ruidos ni mata pájaros»

– Entonces, ¿por qué existe todavía rechazo a proyectos como el de Casafuerte u otros parques solares o eólicos?

– Creo que hay un desconocimiento general. Es un rechazo muchas veces visceral, por falta de información y de conocimiento sobre lo que aporta un proyecto de energía renovable, que es perfectamente compatible con los usos agrícolas y tradicionales de las zonas donde se ubica y con el entorno rural. Además, supone un motor de generación de riqueza y empleo, ahora en la construcción y después en el mantenimiento. Sí puede haber proyectos mal planteados, que no tienen las medidas compensatorias necesarias, que no protegen el medio ambiente, que no son cuidadosos y plantean líneas aéreas de 200 kilómetros... Pero no se puede generalizar.

– El sector primario, en sus movilizaciones de hace meses, puso el foco en las renovables como uno de los causantes de su mal momento. ¿Se sienten culpables de la crisis que vive el campo?

– No, para nada. Yo seguí aquellas movilizaciones y creo que las renovables eran el punto 18 de los veintitantos que planteaban en su manifiesto y, como decía, somos perfectamente compatibles con los usos agrícolas. Estamos hablando de que ocupamos el 0,5% del terreno. Reconozco que estas energías han irrumpido en poco tiempo y ha podido haber malas prácticas que han soliviantado a los agricultores y ganaderos.

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Demandas judiciales

– A ello se referían en sus tractoradas, a una avalancha de proyectos sin control

– Pero no es nuestro caso. El impacto de la fotovoltaica no tiene nada que ver con los eólicos, no hay ruido, no hay movimientos agresivos, no mata pájaros. Vamos a ser un vecino cómodo para el sector agrario, que ocupa poquito terreno, no va a dar guerra y va a mantener y mejorar la biodiversidad. Por ejemplo, promovemos el pastoreo de ovejas en el interior de los parques. Y es un beneficio para ambas partes: los ganaderos tienen un espacio libre, virgen, sin productos ni fitosanitarios y donde nadie molesta a sus animales y nosotros podemos hacer un desbroce del terreno sin usar maquinaria. También empieza a haber proyectos agrovoltaicos, con cultivos compatibles con las instalaciones y ya se habla del azafrán. Entre fila y fila de placas hay casi diez metros y los paneles –ocupan el 25% de la superficie– son estructuras metálicas de dos o tres metros.

– El Gobierno riojano ha aprobado una moratoria que, hasta la entrada en vigor de la Ley del Paisaje, frena la autorización de nuevos proyectos de renovables. ¿Qué le parece?

– La entiendo. Comprendo que en La Rioja, que tiene muchas zonas para proteger por su valor paisajístico o agrícola, el Gobierno quiera tener esa herramienta. Esperamos que cuando se levante la moratoria y se analice bien la nueva Ley del Paisaje, queden más claras las reglas del juego. Yo creo que sirve para frenar esos proyectos que se hacen en cualquier sitio y de cualquier manera.

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– La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ha sido muy crítica con la moratoria y considera que es «una amenaza para la transición energética» en la comunidad. ¿Comparte esa postura?

– Fue más beligerante, sí, porque a nivel nacional La Rioja ha sido la única comunidad que ha hecho una moratoria y eso supone paralizar proyectos. A nosotros no nos afecta pero sí es cierto que se necesita una seguridad jurídica y no cambiar las reglas a mitad de partido. Pero desde Madrid se ha puesto a La Rioja la etiqueta fácil de 'tierra hostil contra las renovables' cuando no es así. Los proyectos que se están haciendo bien y que se iniciaron hace tiempo, tienen todas las garantías y siguen adelante. Y la moratoria es hacia los nuevos permisos hasta ver cómo se regula el paisaje. En esa reacción de UNEF también ha podido haber falta de información.

– ¿Le consta que haya demandas de empresas por la decisión adoptada por el Ejecutivo? La ley chocaría con la legislación europea que ve prioritarios los proyectos de renovables ante la normativa riojana que da mayor rango a la conservación del suelo.

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– Me consta que algún promotor sí ha presentado alguna demanda porque se le ha quedado el proyecto ahí pendiente.

Sintonía con el Gobierno

«No hay mucho margen para nuevos proyectos, por ello la moratoria en La Rioja sí que puede tener sentido»

Forestalia

«No me gusta hablar mal de otros, pero creo que no es un proyecto bien planteado»

– Porque sigue habiendo diferentes proyectos de parques con una tramitación muy lenta o incluso denegados, ¿no?

– Si los proyectos no se hacen bien, se caen, por supuesto.

– ¿Y se corre el riesgo de que las inversiones se vayan fuera?

– No cabe dura, eso es innegable. Por eso hay que buscar el equilibrio, ni se puede prohibir 100% ni se pueden quitar todas las reglas. Hay que buscar el equilibrio entre protección del paisaje y desarrollo de las renovables. Pero con los proyectos ya otorgados, tanto el nuestro como los de otros promotores, La Rioja se pone en un nivel de cumplimiento muy alto –en cuanto a las exigencias de la UE de generación de energías 'limpias'–. Tampoco quedaría mucho margen para nuevos proyectos, por ello también la moratoria de La Rioja tiene sentido.

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– ¿Y es la ciudadanía lo suficientemente consciente de la importancia de estas fuentes renovables o solo ve aspectos negativos en cuanto a agresión al medio ambiente, al sector primario, al paisaje, a la zona rural...?

– Esa oposición que parece que puede haber es de poca gente, al menos en La Rioja, y que creo que no está bien informada. Hay una mayoría silenciosa a favor aunque no sale a la calle a pedir más proyectos de renovables. En el entorno en el que estamos no hay una voz discordante, la gente está contenta con las rentas por alquiler que tienen –1.250 euros al año por hectárea– y con la generación de empleo, riqueza y actividad en una zona deprimida.

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– ¿También estarán satisfechos los ayuntamientos que ven cómo sus arcas reciben más dineros vía impuestos?

– Por supuesto, solo del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) reciben cinco millones de euros al año, es más de 1,5 millones por ayuntamiento –Bañares, Hervías y Cidamón–. Es una revolución. En Bañares, además, hemos puesto en marcha un centro de formación que instruye y forma a diez personas cada seis meses.

– ¿Qué le parece el proyecto de Forestalia de crear una red de alta tensión que cruzaría La Rioja con 250 torres?

– No me gusta hablar mal de la competencia pero creo que no es un proyecto bien planteado y hay soluciones de conexión más razonables como la nuestra.

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