Edificios públicos en busca de vida

La Rioja no se libra de ese problema. Más allá de grandes dotaciones que se han quedado como caros armatostes inacabados e inservibles (el polideportivo de Sojuela podía ser el paradigma regional) existen otras que se han vaciado y visto cerrar sus puertas sin hallar, de momento, una nueva vida.

La Comunidad Autónoma es la institución que más edificios de estas características mantiene (porque, con uso o sin uso, hay que cuidarlos y preservarlos) y también la que, a consultas de este diario, ha realizado un exhaustivo análisis de bienes sin utilidad actual. Pero de esa compleja relación con las propiedades no se salvan ayuntamientos ni Administración del Estado.

Un edificio emblemático como el Banco de España en Vara de Rey 8, con solo una de sus cinco plantas ocupadas, destaca por ubicación, historia y posibilidades. Pero hay más. El antiguo Instituto Riojano de Salud Laboral (IRSAL) en el barrio de Cascajos, por ejemplo. O la Residencia Iregua, en la recta final de avenida de Madrid. El otrora instituto Comercio, la Escuela de Enfermería, Corazonistas...

Son muchos los ejemplos de grandes espacios del Gobierno regional que se han ido quedando sin uso ni, de momento, planes para ello. Porque echar el candado a instalaciones vetustas cuando se cuenta con otras que las sustituyan apenas cuesta nada. Lo difícil es convertir inmuebles, en algunos casos con más de medio siglo de vida y sus características singulares, en funcionales. Especialmente complejo ese cambio en un momento en el que las necesidades espaciales, los requisitos legales o las exigencias de accesibilidad y seguridad han cambiado tanto. Por eso, a día de hoy, ninguno de estos inmuebles clausurados cuenta con un plan de futuro asociado.

Además de inmuebles exentos, la Comunidad Autónoma mantiene sin ocupación una serie de céntricos pisos o locales que han albergado dependencias públicas ubicados en las calles Beti Jai, Duquesa de la Victoria, Maria Luisa Marín Lacalle, Calvo Sotelo, en el edificio Las Palmeras... O incluso un local fuera de las fronteras regionales: el antiguo Centro Riojano de Sestao, actualmente vacío.

Lograr una radiografía del patrimonio cerrado de la Administración central resulta más complejo, puesto que cada propiedad está adscrita a un ministerio, instituto... Lo que está claro es que, en los últimos años, espacios como el antiguo cuartel de la Policía Nacional (cedido en 2013 al Ayuntamiento y, posteriormente al Gobierno regional) han recuperado su carácter público, aunque sea para fines tan diferentes como los inicialmente previstos. Mientras, otros como los edificios que flanquean la Delegación de Defensa en Logroño tratan de definir su futuro.

Ejemplos variados de un problema latente y que afecta a todo el territorio nacional, con el consiguiente gasto de mantenimiento que acarrean. Y, mientras algunos inmuebles languidecen, la construcción de otras nuevas dotaciones continúa.

El Ayuntamiento de Logroño tiene propiedades, pero no cuenta con un listado público y accesible para conocer cuáles son y dónde se ubican. El motivo que se esgrime desde el Consistorio es evitar las ocupaciones o actos de vandalismo. Por eso, en el último anuncio de venta de bienes municipales (una quincena de viviendas en el Casco Antiguo), la publicidad ha quedado bastante limitada para los realmente interesados, sin ningún anuncio de direcciones. La institución tampoco quiere dar a conocer si cuenta con algún edificio completo cerrado y sin uso actual con el mismo fin. Pero bolsa de inmuebles existe, la mayor parte pisos, pero también garajes (ya se han sacado a la venta en varias ocasiones las ubicadas en Marqués de Larios) o terrenos. Y, en ocasiones, esa existencia no resulta bien conocida ni en la 'casa'. Por ejemplo, en 2020, el Ayuntamiento anunció el 'descubrimiento' de un centenar de inmuebles de su propiedad sin uso que enajenó.