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Públicos, pero cerrados. Algunos edificios otrora señeros o significativos que forman parte del acervo de las administraciones se han visto relegados al abandono. Instalaciones que, con el paso de los años, han visto salir a trabajadores y usuarios para quedarse únicamente en un esqueleto arquitectónico. Todas esperan una segunda vida, aunque en demasiadas ocasiones esta resulta imposible debido a sus características o a que ya no pueden cumplir el fin con el que fueron diseñadas.
En una de las esquinas más señoriales de la capital, entre Gran Vía y Vara de Rey, se levanta este edificio diseñado por José Yarnoz en 1957. El Banco de España dejó de cumplir sus labores financieras en 2011. Dos años después, entraron a sus instalaciones los funcionarios y técnicos de Salud Pública y Consumo. Los 750 metros cuadrados de la planta baja se han mantenido en uso público, pero el resto del inmueble (semisótano, tres alturas y semicubierta) permanece a la espera de un impulso (en forma de ideas e inversión) que no llega
Radio Nacional de España emitió su programación local desde Vara de Rey durante casi dos décadas, pero en 2018 los profesionales se trasladaron a Varea, al inmueble que ya ocupaban sus compañeros de la televisión pública. Desde ese momento, y aunque parte de las instalaciones fueron cedidas posteriormente a la Universidad Popular, la séptima planta del céntrico edificio permanece sin uso.
Fueron casi cuatro décadas dando alojamiento a menores tutelados. Pero, en 2022, se decidió echar el cerrojo a la institución para buscar un modelo menos estigmatizante y se apostó por la inserción de los jóvenes en pisos. Desde entonces, en avenida de Madrid, una zona atractiva en lo inmobiliario, se mantiene una gran espacio vacío. Las dependencias podrían utilizarse para acogimiento, como el de menores no acompañados, aunque parece que de momento y con el reparto establecido no va a ser así.
Cuando en Cascajos primaba lo industrial sobre lo residencial, en la calle Hermanos Hircio ya se levantaba un edificio que ha tenido variadas utilidades desde que fue inaugurado hace medio siglo como Centro de Seguridad e Higiene en el Trabajo. El inmueble también acogió el IRSAL y, posteriormente, en 2003, el Instituto de Medicina Legal de La Rioja pasó a ocupar unos 350 metros cuadrados del edificio de Hermanos Hircio. Allí se mantuvieron hasta su traslado hasta el Palacio de Justicia. Ahora, un cartelito en la puerta que advierte al despistado la mudanza a avenida de Zaragoza, 21.
Mientras duraron las obras de remodelación del instituto Sagasta, el antiguo edificio de Comercio, junto a la residencia Santo Domingo, acogió al más del millar de alumnos que, en circunstancias normales, hubieran tenido que estudiar en el histórico edificio. En febrero de 2023, el alumnado volvió a su 'casa' y, desde entonces, Comercio se mantiene vacío, aunque en la Selectividad sus instalaciones fueron puntualmente utilizadas.
Su último uso fue, como en el caso del edificio Comercio de la calle Luis de Ulloa, circunstancial para dar cabida a los alumnos más jóvenes del instituto Sagasta mientras duraron sus obras. Con anterioridad fue colegio menor de la Sección Femenina y también Colegio Universitario dependiente de la Universidad de Zaragoza. Posteriormente, hasta 2013 fue la única residencia universitaria pública de la comunidad. Ahora se ha convertido en un recurso infrautilizado en el barrio de San José.
En febrero de 2020, los alumnos de Enfermería de la UR se mudaban del inmueble que habían ocupado desde 1978. Un cambio corto en lo geográfico, apenas cruzar la calle, pero abismal en cuanto a instalaciones y posibilidades. Con el traslado al edificio diseñado por TYMAsociados doce años antes (las cosas de palacio suelen ir despacio), el vetusto inmueble, bien recordado por generaciones de enfermeras y enfermeros, bajaba las persianas. De momento, los planes de nuevas dotaciones sanitarias o universitarias en la zona parecen no tener en cuenta este rincón
El futuro de los dos edificios aledaños a la Delegación de Defensa en el centro de Logroño cuentan con un pretendiente declarado y no correspondido: el Ayuntamiento. Allí el Consistorio desea instalar la Escuela de Música, pero no hay avances. Mientras, Defensa lanzó la idea de convertirlos en 16 pisos a precio asequible. Eso fue en mayo del año pasado y, por ahora, ambos inmuebles permanecen firmes y a la espera de destino.
Fue en 2009 cuando el Ayuntamiento de Logroño y la Universidad de La Rioja acordaron la permuta del edificio Corazonistas. En un primer momento se barajó la idea de trasladar a esas dependencias la Fundación, pero no llegó a buen puerto. Tampoco otras posibilidades, debido al estado del edificio, así que durante estos años su principal aportación al campus han sido los terrenos aledaños, donde hay campos agrarios experimentales. En 2023 se puso sobre la mesa el inmueble como sede de un centro vinculado a la Nueva Economía de la Lengua, pero finalmente se construirá uno dedicado a este fin.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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