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Elena Tresgallo
Viernes, 15 de marzo 2024, 20:21
La Guardia Civil ha detenido a tres personas -dos tratantes de ganado de una misma familia y un transportista de las localidades de Pámanes y Buspombo en Liérganes (Cantabria) - como presuntos autores de varios delitos continuados de daños contra la salud pública, falsedad documental (dos ... de ellos) y pertenencia a banda criminal organizada en el caso del otro. Según la investigación que ha llevado a cabo el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) en varias comunidades autónomas a la vez y que ha sido bautizada como 'Operación Rumia', los tratantes movieron de manera ilícita los animales el pasado mes de julio, desde una finca de Cáceres a Cantabria, cuando estos estaban presuntamente infectados por la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) y sin tener permiso para esos traslados.
Este hecho pudo contribuir, según apunta la investigación, a expandir el foco de la epidemia del sur al norte de España e incluso llegar a traspasar fronteras, ya que se ha constatado por la evolución del mapa de la enfermedad que hasta ese momento no había indicio del virus en estabulaciones cántabras. En La Rioja, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente, a través de la dirección general de Agricultura y Ganadería, notificó el 27 de octubre los tres primeros casos positivos de enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) que aparecieron en una explotación ganadera de Enciso y se se ha extendido a toda La Rioja en apenas un mes en apenas un mes.
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Diego Marín A.
Según la Guardia Civil, la Operación Rumia ha esclarecido «el origen de la enfermedad hemorrágica en la cabaña ganadera del norte peninsular». Llegan a esta conclusión a través del estudio de los datos epidemiológicos de esta enfermedad y su posterior transmisión al resto de puntos. Así, el epicentro estaría localizado en una estabulación ganadera del barrio de Tarriba en Pámanes. El Seprona comienza a sospechar cuando se declaran los primeros casos de la enfermedad de la región «al romperse el patrón de propagación. Es decir, se observó un salto de la enfermedad cualitativo superior a 350 kilómetros, desde el sur peninsular al norte».
Los delitos que se les imputan a los tres hombres habrían supuesto un quebranto a las arcas públicas de más de tres millones de euros, ya que el Gobierno de Cantabria ha hecho frente a indemnizaciones por la muerte de animales que superan los 2,5 millones, además de los más de 400.000 euros gastados en vacunas, ya que el mosquito que propaga la enfermedad también difunde la expansión de la patología de la lengua azul. Debido a la situación, en Cantabria se suspendieron durante meses las ferias ganaderas.
La alerta por el primer brote de la EHE se da en Cantabria a inicios de septiembre y los primeros focos se detectan en municipios cercanos al punto de la investigación (Medio Cudeyo, Penagos, Piélagos, Liérganes, Ribamontán al Monte o Castañeda). Es ahí cuando saltan las alarmas de los investigadores al detectar un salto cualitativo en el mapa nacional de incidencia de la enfermedad que publica el Ministerio. También se inicia una operación conjunta en varias comunidades y se empiezan a investigar las estabulaciones contagiadas, interrogando a los ganaderos con casos y estrechando el cerco hasta la explotación agrícola del barrio de Tarriba en Pámanes que fue registrada el pasado jueves 7 de marzo, cuando se practicaron las primeras dos detenciones en Pámanes. Dos días después, el sábado, día 16, se intervenía y detenía al transportista de Buspombo por su presunta implicación en banda organizada.
Al parecer, los dos ganaderos que fueron detenidos y puestos a disposición del Juzgado Número 1 de Medio Cudeyo, habían solicitado guías para el traslado de animales desde una finca de Cáceres hasta Cantabria. La documentación solicitada para más de 300 vacas se pide en enero, antes del 19 de abril de 2023, fecha clave puesto que a partir de ahí no se puede mover el ganado por la propagación de la enfermedad. Así, en enero hacen un primer traslado de animales, pero hay otro (de 200 vacas) que se realiza en julio, cuando no hay documentación preceptiva para el traslado (guía ganadera en vigor). Es en esa fecha cuando se traen para Cantabria los animales enfermos y se empieza a expandir el foco, según la investigación.
Dentro de la investigación, los agentes se trasladan hasta una finca de Cáceres hallando restos de una vaca fallecida y un crotal de una res cántabra, comprobando que el ADN no se corresponde con la documentación que se presenta, de ahí que el Seprona encuentre además indicios de «falsedad documental» en el caso. «No hay guías, ni comunicación entre las comunidades autónomas de ese traslado. Se trajeron los animales cuando ellos quisieron», comentan fuentes cercanas al caso.
La investigación está siendo dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Medio Cudeyo e impulsado por la fiscal de Medio Ambiente de Cantabria. Además se está compartiendo información con la Europol, ante la sospecha de que la enfermedad haya pasado a Francia.
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