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Cientos de personas, sobre todo vecinos de la zona residencial de Lardero, se reunieron en la calle Río Linares, donde apareció el niño y fue detenido el presunto asesino, a la espera de su salida. El clima, primero de estupefacción, se convirtió en rabia cuando ... el detenido fue sacado por la Guardia Civil por el garaje, por la adyacente calle Río Molinos, tarea en la que ayudaron agentes de la Policía Local de Logroño. Aquellos fueron los momentos de mayor tensión, con insultos, empujones e increpaciones a los agentes.
«¡No lo tapéis tanto, que se le vea la cara!», exclamó una mujer. «¡Estáis protegiendo a un asesino!», gritaba un hombre. «¡Cuando hacía falta habéis venido dos!», añadía otro hombre. Y es que la opinión general del vecindario es que en otras ocasiones, cuando algún niño ha manifestado algún suceso extraño y los padres han informado a la Policía Local de Lardero y a la Guardia Civil, a juicio de los progenitores, no se ha hecho lo que se debería. «¡Sabíais lo que iba a pasar porque ha podido pasar otras veces y no nos habéis hecho caso!», se quejaba un padre amargamente.
Otros, más calmados, añadían: «Esto ya estaba denunciado, pero hasta que no pasa algo... Es que lo hacéis tarde»; a lo que otro añadía: «Llevaba meses intentándolo. Podría haber sido cualquiera». Eso sí, algunos vecinos desvinculaban lo sucedido con un incidente del pasado verano en el que unos padres denunciaron el presunto intento de secuestro de un niño en la misma zona, en el parque Entre Ríos. Al parecer, no fue la misma persona y aquello fue un malentendido, informaban.
«Le hemos estado buscando por la descripción que ha dado una niña y, por los rasgos, hemos pensado en él. Lo que engaña, con la cara de bueno que tiene», advertía una testigo. «Me parece increíble lo que ha pasado. Y si es verdad que lo ha hecho un expresidiario...», lamentaba una vecina, a lo que un vecino le contestaba, aún incrédulo: «Este es un barrio residencial tranquilo, parece increíble que pase esto». «El único consuelo ya es que vaya a la cárcel y que se sepa lo que ha hecho...», sentenciaba otro.
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