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Esta próxima semana comienza el debate parlamentario del anteproyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado. Es la norma más importante de cada año pues en ella el Gobierno recoge la previsión anual de ingresos y gastos de todas las entidades que forman parte del ... sector público estatal. Es, en definitiva, el documento en el que el Gobierno de España pone cifras a sus políticas, no sólo las más sociales, sino también los beneficios fiscales que afectan a los tributos del Estado y, sobre todo, el dinero destinado a inversiones.
Los Presupuestos, además, son una pizarra que refleja en euros el trato que el Ejecutivo central presta a los diferentes territorios. Las cuentas del 2018, con la excepción del PP, han generado frustración en la sociedad riojana, puesto que los fondos consignados a la comunidad vuelven a caer por segundo año consecutivo.
Ya se analice sólo el capítulo VI (inversiones puras y duras), como se amplíe el foco para incluir las transferencias corrientes (capítulo IV), de capital (capítulo VII), las aportaciones patrimoniales (capítulo VIII) y los gastos en bienes y servicios (capítulo II), la asignación presupuestaria del Estado a La Rioja es la más baja de los últimos cinco años: el presupuesto global se queda en 89,6 millones de euros y el gasto inversor, en 63,08 millones.
63,08 millones es la cuantía destinada a inversiones reales en los PGE 2018
1.420,5 millones es el importe global de los PGE entre el 2008 y el 2018
149,3 por ciento, grado de ejecución del 2013, el más alto en once años
20,2 por ciento, grado de ejecución del 2017 con datos hasta el 30 de junio
Los Presupuestos Generales del Estado del 2016 se prorrogaron en el 2017 ante la imposibilidad de formarse Gobierno en España Los definitivos del 2017 se aprobaron a finales de junio de ese año.
Entre el 2008 y el ejercicio en curso, el Estado ha asignado presupuestariamente a la comunidad un total de 1.420,53 millones de euros. El año en el que el Gobierno central trató con más generosidad a la región fue el del 2010, cuando se presupuestaron 208 millones de euros. En el otro lado de la balanza, el más cicatero, figura el del 2012, con poco más de 75 millones.
Las Cuentas del 2008, con un Gobierno del PSOE y una cuantía de 188 millones de euros, supusieron una cifra récord. En ese momento una de las primeras premisas de la inversión del Estado en La Rioja era pagar la gratuidad de la autopista entre Cenicero y Agoncillo, además de actuaciones en la autovía a Burgos, la conexión con la A-12 de Pamplona y las presas de Enciso y Terroba.
Las del 2009, también de factura socialista, se cuantificaron en 171 millones de euros, el 9% menos que las del ejercicio anterior. De esa cantidad, 105 correspondían a carreteras, destacando 22 millones para la Autovía del Camino y 13 millones para la variante de Fuenmayor, considerada entonces el primer paso para el desdoblamiento de la N-232 en todo su recorrido por La Rioja.
Ni la A-12 de Grañón a Burgos ni la A-15 Soria-Tudela disponían de dotación presupuestaria: todavía no había proyectos. En el capítulo social, y para afrontar las crisis, 22.000 riojanos vieron incrementada la pensión mínima que cobraban y mil más se beneficiaron de la renta básica de emancipación (dos millones de euros), al tiempo que las partidas para la Ley de Dependencia (12 millones) y las becas (3,5) crecían el 38% y el 19%, respectivamente.
El 2010 destaca como un año positivo para La Rioja en términos presupuestarios. Junto a Extremadura, Navarra y el País Vasco, la comunidad fue una de las cuatro únicas autonomías en las que el Estado no recortó inversiones y, además, registró la mayor evolución al alza. En total, 208 millones de euros, un 'maná' en un contexto presupuestario claramente sobrio y enfocado a proteger a los colectivos más vulnerables de la crisis.
De esa cuantía, 102 millones se consignaron a infraestructuras de comunicación y 95 a presas y abastecimientos, en tanto que el desdoblamiento de la N-232 seguía sin tener una partida propia (se incluía en una general sin desglosar por territorios).
Sin embargo, La Rioja no pudo escapar de la austeridad en el 2011. El Presupuesto de ese año, el último firmado por un Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, supuso un recorte del 30% y se quedó en 120,7 millones, dinero en su mayor parte dirigido a proyectos más que conocidos por los riojanos: el enlace de la Autovía del Camino, la continuación de los tramos de la A-12 en La Rioja, las presas de Enciso y Soto-Terroba...
En el 2012, ya con Mariano Rajoy como jefe del Ejecutivo central, la tijera siguió actuando. De hecho, y en términos porcentuales, La Rioja fue, tras Cataluña y Navarra, la comunidad más perjudicada por los Presupuestos Generales del Estado, con un recorte del 37,8%. En términos absolutos, la comunidad pasó a disponer sólo de 75,03 millones aunque, por primera vez, el horizonte inversor incluía, además de las obras ya iniciadas, la variante sur y la estación intermodal de Logroño.
Los Presupuestos del 2013, diseñados en un marco de austeridad por la necesidad de cumplir con los objetivos del déficit, mejoraron la asignación de La Rioja, que llegó hasta los 89 millones de euros, de ellos, 74,3 destinados a inversiones reales, que incluían el desarrollo de los proyectos de las variantes de Briones y El Villar de Arnedo de la A-68.
Los tres siguientes proyectos presupuestarios de un Gobierno del PP en mayoría incrementaron las consignaciones a la comunidad: 119,4 millones en el 2014; 119 en el 2015 y 130 en el 2016, de los que se destinaban a inversiones reales 91,7; 94,9 y 89,5, respectivamente. ¿Y a dónde se destinaban esos fondos? Pues fundamentalmente a las carreteras (se finalizó la Autovía del Camino) y las presas (Enciso).
Con un Gobierno en funciones durante casi un año (fueron necesarias dos convocatorias electorales), los Presupuestos del 2016 se prorrogaron durante el 2017, ejercicio que no contó con un proyecto propio hasta finales de junio de ese año. Todas las comunidades se echaron las manos a la cabeza, en especial La Rioja, en la que la inversión real retrocedió el 15,8% hasta los 75,5 millones, de los que la presa de Enciso se llevaba por sí sola 26,9 millones. En global, sumando el resto de capítulos, la cuantía retrocedía hasta los 110,8 millones. Una cifra de tres dígitos que, un año después, La Rioja ha perdido, quedándose el proyecto del 2018, el primero de Rajoy con un Gobierno en minoría, en los 89,6 millones (63,08 destinados a inversiones).
Pero, de todo este dinero presupuestado a lo largo de estos años, ¿cuánto realmente se ha gastado?
Para comprobarlo hay que recurrir a la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), del Ministerio de Hacienda y Función Pública, que ofrece datos de años completos entre el 2009 (primer ejercico que permite consultar su web) y el 2016.
El año en el que mayor grado de ejecución presupuestaria se alcanzó fue el del 2013, con el 149,3%, es decir, 49,3 puntos por encima de lo presupuestado en el proyecto. Superando el cien por cien también se cerraron los años 2009 (132,6%), 2012 (115,8%), 2014 (109,1%) y 2011 (100,1%). Por el contrario, el Estado no llegó a gastar en La Rioja ni lo previsto en el 2016 (38,4%), el 2010 (67,9%) y el 2015 (90%).
La IGAE también ofrece cifras de la ejecución presupuestaria hasta junio del 2017. La Rioja es la tercera comunidad con menor gasto real realizado (20,2%) por detrás de Baleares (6,9%) y Cantabria (8,1%). La ratio riojana se sitúa por encima de la media nacional (13,6%), registro sobre el que, además de las autonomías, influyen las ciudades autónomas o los servicios centrales. Las comunidades con mayor grado de ejecución al cierre de junio del año pasado eran Murcia, con el 46%; Madrid, con el 42,8% y Castilla y León, con el 40,8%.
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