Las residencias riojanas han derivado al hospital por COVID a 162 usuarios durante la pandemia

No parece el caso de la comunidad riojana, donde todas las fuentes consultadas por Diario LA RIOJA han aseverado durante semanas, con contundencia, que «aquí no ha fallecido ningún residente por falta de atención».

Cierto es que la cifra de fallecidos en los centros de mayores ha sido espeluznante, 209, el 57,7% del total de víctimas mortales de la pandemia, un horror que se ha cebado en un colectivo extraordinariamente frágil, con una media de edad de 85 años y muchas patologías asociadas, y en un modelo de asistencia que se ha mostrado obsoleto y muy deficiente.

«Se han cumplido todos los protocolos establecidos y no ha existido jamás orden alguna de no derivar a residentes a los centros hospitalarios», insisten con rotundidad las mismas fuentes, una tesis que, a preguntas de este periódico, ratificaba ayer la Consejería de Servicios Sociales y a la Ciudadanía gestionada por Ana Santos: «Se ha logrado contener la pandemia, sin olvidar las cifras terribles de 209 muertes que han sido muy dolorosas porque la situación ha sido dramática. Aquí no se ha abandonado a nadie, no hemos tenido que intervenir en ninguna residencia y, de hecho, desde el 8 de marzo, se han registrado 162 ingresos hospitalarios por coronavirus de residentes en centros sociosanitarios, a los que hay que sumar otros 140 por otros motivos de salud; 302 derivaciones que, como siempre, son por estricta decisión médica», asegura Santiago Urizarna, director general de Dependencia, Discapacidad y Mayores.

Aunque el Ejecutivo regional se ha mostrado siempre reacio a detallar las cifras de mortalidad más allá del cómputo global, una simple operación aritmética con las estadísticas de falleccidos y derivaciones permite conocer que al menos medio centenar de residentes murieron en los centros. En este sentido, según ha podido saber Diario LA RIOJA, algunas familias pidieron expresamente que, al no existir ninguna esperanza, no se derivara a su ser querido al hospital para morir aislado en una habitación en vez de en su cama residencial.

Con un virus, desbocado desde finales de marzo y durante buena parte de abril, pero ya bajo control, el Ejecutivo que preside Concha Andreu ha desplegado una potente red de rastreo para tratar de impedir nuevos brotes y, a su vez, un férreo sistema de vigilancia en los centros sociosanitarios que hagan impensable un retorno a la pesadilla reciente. De él se encarga la Comisión de Coordinación Sociosanitaria, en la que las reuniones y contactos entre el propio Santiago Urizarna y el director general de Salud Pública, Enrique Ramalle, son constantes. «Desde la semana pasada hemos iniciado un nuevo cribado en todas las residencias de personas mayores y con discapacidad y se están realizando test serológicos de alta resolución, los que permiten diferenciar entre los dos tipos de anticuerpos, el igg y el igm, de los que antes no disponíamos, y pruebas PCR», detalla Urizarna.

De momento, el estudio serológico ha concluido ya en 14 centros y a lo largo del mes se completará en el resto. En la actualidad, según constaba en el parte diario de ayer, solo se contabilizan 5 casos de COVID-19 confirmados por PCR y hay 27 residencias sin casos. Hasta la fecha, el epicentro más trágico de la pandemia en La Rioja acumula, según las estadísticas del propio Ejecutivo regional, 1.021 usuarios infectados, de los que, al margen de los 5 casos presentes, 209 fallecieron, el 18,2%, y 807 han sido dados ya de alta, el 79.04%.

Con 13 residencias 'limpias' y sin detalle por centros en cuanto a fallecidos o nuevos casos, las residencias más castigadas por la pandemia han sido: 'Los Jazmines' (Haro), con 86 casos; 'La Concepción' (Calahorra), 56; Nuestra Señora del Pilar y San Jorge (Alfaro), 55; Residencia de Personas Mayores de Albelda, 52; Monte Rincón (Logroño), 45; Residencia Lardero, 44; y Hospital del Santo (Santo Domingo), 41.

Junto al control de la situación epidemiológica, la consejería mantiene la prohibición de nuevos ingresos en los centros de mayores salvo casos de emergencia social.