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El SARS-CoV-2 no entiende de treguas ni perdona descuidos, errores o irresponsabilidades. Lo ha demostrado en una segunda ola, menos contundente y letal que la primera, pero que se prolonga ya desde mediados de agosto, casi un trimestre en el que la pandemia ... ha vuelto a someter al sistema sanitario regional a una brutal presión asistencial que urge aflojar cuanto antes.
«Preocupados estamos, muchísimo, por la tensión asistencial. Estamos en un situación compleja, pero nos hemos estado preparando muy bien durante el verano», explica Alberto Lafuente, director general del Área de Salud y gerente del SERIS.
En su cabeza está todo el Plan de Contingencia diseñado en los últimos meses, una hoja de ruta que se ha visto obligada a avanzar en estas últimas semanas para dar respuesta al nuevo ataque del virus y que ha acreditado el potente músculo del hospital San Pedro y de su unidad más vital, la UCI. «Tenemos capacidad de aumentar el número de plazas UCI de las que disponemos, ahora mismo 54. La presión es altísima, es evidente, pero la gente tiene que estar tranquila p0orque, si son necesarias más, abriremos las que se precisen», asegura el doctor Lafuente, que garantiza que «las 54 actuales podrían incrementarse en otras 21 o 22, sin problemas, hasta llegar a las 75 o 76, porque durante el verano nos hemos equipado con el material suficiente de bombas, respiradores, monitores... Y también disponemos de personal». De hecho, esta misma semana comienza en el centro un curso europeo para el tratamiento del COVID crítico al que ya se han apuntado más de cien profesionales.
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107 pacientes COVID han ingresado en la UCI en la segunda ola, el 1,1% de los positivos. En la primera, 88, el 2,2%.
849 camas puede ofrecer el San Pedro, 80 el FHC y 65, ampliables a 120, el Hospital de La Rioja.
562 enfermos COVID hospitalizados en planta en la segunda ola, el 1,0% de los positivos. En la primera, 1.241, el 28%.
14 plazas UCI por cada 100.000 habitantes va a tener La Rioja en breve frente a las 5 de enero.
Pero la dirección del complejo ha optado por apuntalar definitivamente este servicio esencial para afrontar la actual segunda ola, garantizar la flexibilidad si llega una tercera oleada y, sobre todo, blindar el servicio ante posibles sobresaltos futuros. Así, en los próximos días, el hospital San Pedro va a a instalar 11 nuevas plazas permanentes en la Unidad de Críticos. «Partíamos de 17 camas UCI en enero, en agosto disponíamos ya de 32 permanentes y ahora, posiblemente esta misma semana, vamos a instalar 11 más que se van a quedar definitivamente, incluso después de que todo esto pase. De 5 por cada 100.000 habitantes que teníamos, pasamos a 10 y vamos a dejarlo con esas 43, de ellas 39 individuales, en 14 por cada 100.000 habitantes, que se quedarán ahí para siempre. La media en España es de 9,5 y vamos a llegar a 14, lo que nos va a situar entre los mejores y muy cerca de la media de 15 que recomienda la OCDE», resalta el doctor Lafuente, que destaca que «esa capacidad instalada nos va a dar mucho músculo para no tener que andar moviendo otros servicios y acometer nuevos repliegues».
La presión asistencial no se circunscribe únicamente a la UCI, sino que repercute en todas las áreas del hospital, que ahora mismo, con casi un centenar de pacientes COVID en planta, ha destinado ya tres controles y medio a las víctimas del virus, muy lejos aún de los 10 ocupados en la primera ola, cuando se alcanzó el pico, el 3 de abril, de 431 ingresados. «La situación es de mucha tensión porque la presión asistencial sigue subiendo, lo que pasa es que el aumento es progresivo, no como en la primera ola, que fue exponencial», aclara el director general del área de Salud, que admite que «la presión se duplica porque tenemos los pacientes COVID y los no COVID. Ahora, en esta segunda ola ha habido que interrumpir el 35% de la actividad quirúrgica, pero el resto y las consultas siguen con normalidad, cuando en la primera ola hubo que suspender absolutamente todo, excepto las urgencias y algunas intervenciones oncológicas que no admitían demoras».
La cancelación del tercio de actividad quirúrgica se explica, de hecho, en la necesidad de ampliar la Unidad de Críticos. «La UCI sigue creciendo y eso conlleva que necesitamos personal cualificado y acostumbrado a manejar un respirador, etc... y esos profesionales salen del área quirúrgica», explica el responsable del complejo hospitalario, que muestra, no obstante, su confianza en un músculo hospitalario que junto a la nueva UCI se verá también reforzado en unos días con el fin de las obras en Urgencias, la próxima apertura de las Urgencias Pediátricas, el nuevo call center –que agilizará la atención al paciente con una única llamada– y la asunción por parte de la Unidad de Cribado Avanzado para liberar a la Atención Primaria y mejoras diagnósticas. «Hemos aprendido de los errores, hemos trabajado y afrontamos en mejor situación esta segunda ola», resalta Lafuente.
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