Guía de prevención y consejos para afrontar la ola de Ómicron

Cuando una persona es diagnosticada tras una prueba positiva, debe aislarse y notificarlo a sus contactos estrechos. Si la detección ha sido a través de los mecanismos habituales de Salud, ya está identificado y detectado, pero si es mediante autotest, debe comunicarlo para que podamos registrarlo y poder contactar con esas personas, porque, de hecho, les estamos remitiendo toda la información para que conozca lo que debe hacer, es un recordatorio de la información que está disponible para todos en la web del Gobierno de La Rioja.

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Cada ola ha sido distinta y en esta todavía no sabemos exactamente a qué nos estamos enfrentando ni sabemos aún cuál va a ser su repercusión real. Cuando una persona se infecta tienen que transcurrir, al menos, tres o cuatro semanas para que esa infección pueda complicarse si es que va a ocurrir, con lo que para saber cuál es el impacto real en carga de enfermedad habrá que esperar ese periodo desde que alcancemos el pico. El ciudadano debe cuidarse a sí mismo y de su familia y su comunidad y extremar todas las medidas de precaución y seguridad ya conocidas. En el caso de los contactos estrechos de un positivo, si están vacunados, deben hacer lo mismo y, además, evitar en todo lo posible las interacciones sociales utilizando la mascarilla de forma constante, no acudiendo a eventos multitudinarios y, sobre todo, evitando los contactos con los grupos vulnerables, con los que, en esta fase de la vigilancia, hay que mantener el máximo nivel de protección.

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Hay que tener en cuenta la resolución o una mejoría de los síntomas para poder hablar de una finalización del aislamiento, un periodo fijado ahora en siete días con esos supuestos. Si los síntomas persisten o empeoran no se podría levantar el aislamiento.

En esta nueva fase se han reforzado también todos los canales habituales de contacto a disposición de los riojanos. Si un paciente nota que tiene síntomas o estos empeoran, puede contactar con COVID Responde en el 941 29 83 33, y, por supuesto, con el 112.

Hay varios síntomas de alarma que deben hacer preocuparnos, yo destacaría principalmente dos de ellos, aunque la casuística tiene una variabilidad amplia y hay que tener en cuenta el componente o la sensación que tiene el propio paciente, que eso es también muy relevante. Hablaríamos como síntoma preocupante claro de la fiebre muy alta cuando dura más de 24 o 48 horas pese a tomar los antipiréticos habituales; y el otro sería un síntoma habitual de la complicación de esta enfermedad, la dificultad para respirar, cuando cuesta mucho coger aire y una persona necesita jadear para oxigenarse y se fatiga mucho. En esos casos hay que avisar al 112. En casos de síntomas no tan alarmantes pero que pueden preocupar a un paciente, por ejemplo un dolor de cabeza fuerte, se puede llamar a COVID Responde donde le atenderán también.

Son muy difíciles de distinguir, porque el COVID tiene formas de presentación muy variadas. Aunque esta variante esté presentando un cuadro principalmente respiratorio, puede también generar otros síntomas diferentes más difíciles de detectar. Los síntomas comunes en ambas enfermedades –congestión nasal, estornudos, dolor de cabeza, garganta o musculares; estornudos, cansancio...– son imposibles de distinguir. Más que un síntoma, yo tendría en cuenta antecedentes, es decir, si tienes dificultad respiratoria y sabes de alguien cercano que ha sido diagnosticado de COVID.