«La gente no tiene claras las normas»

Logroño. Miércoles 6 de mayo de 2020. Tres días después del comienzo de la fase cero de la desescalada. 20.00 horas. Parque del Ebro. Un coche de la Policía Nacional controla uno de las accesos al parque por la calle Norte. Decenas de personas esquivan el furgón policial por la derecha y por la izquierda. Los agentes, desde el interior, tratan de descubrir quién no está cumpliendo las normas establecidas. Difícil tarea ante semejante marea humana. Uno de los policías afirma que «nunca había visto salir a tanta gente de golpe». Mientras su compañera pide la documentación a un hombre que pasea con dos niños pequeños. Error. Las normas dicen que las salidas con los niños menores de 14 años deben hacerse entre las 12.00 y 19.00 horas. De fondo se oyen los altavoces de un coche de la Policía Local con un mensaje que recuerda los horarios y la necesidad de mantener la distancia social. Difícil tarea cuando el vehículo prácticamente tiene que andar sorteando corredores, ciclistas, patinadores y perros junto al paseo que recorre la ribera del Ebro.

Las calles estos días tienen muchas salidas y las explicaciones de los transeúntes también. En cambio, muy cerca, la pasarela del Ebro se convierte en un angosto callejón sin salida. Es imposible mantener metro y medio con el que viene de frente, la gente toca la barandilla sin guantes, muchos no llevan mascarilla. Entretanto, la calle Portales y el entorno de la fuente Murrieta están animados aunque sin tanto trajín.

Logroño. Miércoles 6 de mayo de 2020. Tres días después del comienzo de la fase cero de la desescalada. 20.30 horas. Parque San Miguel. Gente que corre que antes no corría, gente que monta en bici que antes no pedaleaba, gente que pasea con perros que antes no tenía... No es de extrañar que la Policía ande mosqueada y que sospeche incluso de si los que parecen hijos no son hijos o de si las parejas que pasean juntas no están emparejadas. Poner orden en este imposible caos es tarea sobrehumana y aquí no hay miembros del comité central de seguridad nacional del Partido Comunista chino que valgan.

Los policías que vigilan las calles y parques saben que la libertad individual es un derecho inapelable, pero reclaman un poco más de compromiso ciudadano: «La gente no tiene claras las normas, sobre todo por parte de padres que no cumplen el horario de salida con sus hijos y de gente mayor que nos encontramos a cualquier hora del día». El clima, para más inri, no juega a favor de su labor. El miércoles fue el día más caluroso de esta primavera y la tarde invitaba al paseo.

Logroño. Miércoles 6 de mayo de 2020. Tres días después del comienzo de la fase cero de la desescalada. 21.00 horas. Camino de las Tejeras. Ya desde lo alto del parque de San Miguel se observa que el camino que sale detrás de Alcampo, al lado del edificio de Toyo Ito, va concurrido. El túnel que enfila el Camino de Santiago está cerrado y los paseantes y deportistas han cogido esta ruta alternativa para escapar un poco de la ciudad. La pregunta es inevitable: ¿todos los que van por esta vía, y no son deportistas aficionados, están a menos de un kilómetro de casa? Efectivamente, no. Este es otro de los campos de batalla de la Policía aunque en este caso tampoco es cuestión de parar a diestro y siniestro. Los policías confían en que el relajamiento general sea fruto de estos primeros días tras la cuarentena y siguen apelando al sentido común de los logroñeses.

Logroño. Miércoles 6 de mayo de 2020. Tres días después del comienzo de la fase cero de la desescalada. 21.30 horas. Avenida de Madrid, en el límite entre los términos municipales de Logroño y Lardero. El sol se desvanece a lo lejos y muchos transúentes comienzan a regresar a sus casas. Esta salida de Logroño muestra una estampa más tranquila, no diferente a la de una tarde habitual de cualquier primavera antes del coronavirus. No obstante, un coche de la Policía Local de Lardero va y viene en ambos sentidos. Justo en el límite municipal se para junto a un ciclista. Todo parece estar en orden.