Escolares, ayer a la salida de clase en Agustinas. JUSTO RODRÍGUEZ

Las familias, superadas por las decisiones que deben tomar

Cuarentenas ·

«Hay mucha preocupación, se nos ha agolpado todo de repente: que si les vacunamos o no, que si los llevamos al colegio... Es todo muy complicado», afirma un padre

África Azcona

Logroño

Martes, 21 de diciembre 2021, 01:00

El virus corre entre los alumnos igual que la preocupación de los padres , aunque la eficacia de cerrar los colegios despierta debate. «Si hay un positivo en una empresa, ¿no mandan a todos los empleados a casa, no? Pues en las aulas debería ser igual, ... no entiendo que por un positivo se tengan que ir todos los alumnos a casa», señalaba Carmen mientras como ella un nutrido grupo de padres de Primaria esperaba la salida de sus hijos de Jesuitas. «Si hubiera habido más protección fuera, seguramente los contagios no habrían llegado a las aulas. Son contagios de un tío, de primo, de un local...», era lo que pensaba Santiago, convencido de que la relajación social tiene mucho que ver en esta cadena. «Ahora no hay sitio más seguro que el colegio», terciaba otro padre, quien reconocía que entre los padres los ánimos van por un lado y por el otro. «Hay mucha inquietud, se nos ha agolpado todo, que si les vacunamos o no, que si proceden las cuarentenas, que si se podía haber resuelto antes... Es todo muy complicado». Lo más prudente, zanjaban desde otro corro frente a Escolapias, hubiera sido cerrar las aulas esta semana. «Llevar a un hijo con síntomas es poner en riesgo a toda un aula», coincidían varios testimonios de familias en este centro de Vara de Rey, donde ayer tocaba vacunar a los niños de 5 años.

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Era mediodía y una veintena de padres esperaban fuera pendientes de llevárselos a casa sin pasar por el aula. «Tenemos una niña de un mes y nos daba miedo que su hermano le contagiara, estoy con el permiso de paternidad y estoy disponible. La verdad es que tenemos cada vez más casos a nuestro alrededor, lo consultamos con la pediatra y nos dijo que era lo mejor», indicaba Luis, quien teme que estas Navidades se conviertan en la trampa de las pasadas. «Vamos a estar solos, sin abuelos ni nadie, saliendo lo justo, lo que nos deje el tiempo».

Una madre de este colegio, con un hijo confinado, mostraba su malestar con el nuevo protocolo marcado desde Educación. «Puedo entender que la Administración esté saturada y no puede hacer pruebas, pero si yo pago una PCR y mi hijo da negativo, por qué tiene que pasar la cuarentena». La semana pasada, decía, en los colegios acudían al día siguiente de resultados negativos de antígenos, «y siendo la PCR la prueba más fiable, ¿se tiene que quedar mi hijo en casa?», se preguntaba mientras se refería a la «falta de empatía del consejero por dejar a miles de niños sin celebrar la Navidad». La preocupación de los padres es general, aunque con excepciones. Es el caso de Razvan, padre de una alumna de del Vélez de Guevara, que ha decidido no ponerse la vacuna. «No entiendo las medidas que se están tomando, mi hija se ha cogido ya varios catarros por tener las ventanas abiertas....», señala a pie de puerta y relativizando la trascendencia del virus: «¿Para qué me voy a vacunar? No le encuentro sentido, trabajo por toda España, estoy con mucha gente y nunca me ha pasado nada».

Conchita, nada de acuerdo con esta visión, mostraba unos metros más allá su preocupación por la situación de la pandemia y, sobre todo, por lo que le pueda pasar a su nieta de cinco años. «Contagiarse es cuestión de suerte, pero confiamos en el colegio, estamos tranquilos sabiendo que está aquí, todos los días les toman la temperatura y, sobre todo, no queremos que pierda el ritmo de clase», resumía.

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