Calahorra recupera el pulso

La hostelería y gimnasios, los principales afectados por la limitación de la movilidad del confinamiento, han vuelto a abrir el interior de sus locales a la clientela. «Aunque la mayoría prefiere terraza. La gente se ha acostumbrado esta semana a sentarse en la calle y va a costar que vuelvan dentro», comentaba a primera hora de la mañana uno de los camareros de una cafetería del centro mientras preparaba un par de desayunos. «Ya ves cómo estamos...», incidía al echar un vistazo al local con sólo una mesa ocupada.

Este jueves, en otras circunstancias, el tránsito por las calles del centro se vería intensificado por el mercadillo. Sin embargo, por cuarta semana consecutiva, los vendedores no han podido montar sus puestos. Es una de las restricciones que se ha mantenido para evitar un mayor afluencia de personas de municipios vecinos. Algunos vendedores han expresado sus quejas, aunque también los hay que dicen resignados aquello de que « la salud es lo primero».

Por lo demás, en el Ayuntamiento se continúa con el trabajo programado. Así, en Bebricio esta mañana operarios del Parque Municipal de Obras realizaban el montaje del cableado de cara a la colocación de las luces para las próximas navidades.