Adiós a las mascarillas KN95

¿Por qué? La razón hay que buscarla en el peor momento de la primera ola. Con todo el mundo (literalmente) comprando mascarillas, de repente se convirtieron en un bien de primera necesidad y máxima escasez. Así, el Gobierno español tomó una decisión temporal: permitir que se vendieran en el país unas mascarillas ilegales. Ilegales hasta entonces, se entiende: que no habían pasado la homologación de la Unión Europea, imprescindible para vender cualquier producto sanitario en España.

Aquella medida de emergencia, tomada a finales de abril, ayudaba al abastecimiento, pero también abría la mano a otros estándares cuya eficacia no se podía comprobar. Así se santificó la llegada masiva de las N95 americanas, las DS japonesas, las First Class coreanas... pero sobre todo de las KN95 chinas, equivalentes a las FFP2 europeas, que son las que han copado ese segmento del mercado.

Esa medida de emergencia tenía un plazo de vigencia, el 30 de septiembre, que no ha sido prorrogado. Así que a partir del miércoles esas mascarillas ya no se podrán vender en España, aunque no será ilegal llevarlas. Las que se vendan deberán estar homologadas en Europa, con la marca CE y con el cumplimiento de los estándares europeos de calidad, con referencia en el etiquetado a la normativa UNE EN-149.

¿Qué pasará con las mascarillas a partir del jueves? ¿Habrá carestía de las FFP2? Es difícil saberlo, aunque los precedentes son halagüeños. Se auguró desabastecimiento, por ejemplo, cuando se impuso un precio máximo a las mascarillas quirúrgicas por debajo del euro, también a finales de abril. Sin embargo, la industria reaccionó casi inmediatamente y no se produjo la anunciada carestía.

Algunos fabricantes chinos ya han hecho los deberes este verano y han sometido sus productos a los estándares europeos. Lo cual no es mala cosa: un estudio independiente realizado en Estados Unidos y publicado esta semana afirmaba que hasta el 70% de las KN95 vendidas en aquel país no cumplían los estándares estadounidenses. En teoría, la homologación europea debería impedir eso.