Conflicto en el Sagasta por la respuesta satírica a un escrito de gestión del comportamiento

Pero lo que debía ser un documento interno alguien lo extrajo y difundió, llegando a la autora, que existe y ejerce de orientadora. Tan mal le sentó la sátira a ella, aunque el profesor defiende que era contra el decreto, no personal, puesto que «ni siquiera sabía que existía en realidad», que la orientadora presentó una queja en la Dirección General de Educación, motivo por el cual dos miembros de Inspección Educativa acudieron al Sagasta a hablar del caso con el profesor y el director. Para entonces la bola de nieve se empezaba a agigantar. Varios compañeros del profesor, al conocer lo que sucedía, colgaron carteles en la puerta del instituto en los que se leía «Yo también soy Pepín Cebolleda». Días después la noticia del incidente y los documentos ya corrían como la pólvora por redes sociales.

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«Lo que en un principio era un escrito dirigido a mi claustro se ha convertido en una bola que aglutina el descontento ya existente en la mayor parte del profesorado. Lo que sin pretender he hecho es abrir la caja de Pandora», expone el profesor. Este miércoles hubo claustro en el Sagasta y, por supuesto, se abordó este tema. Según el profesor, sus compañeros le apoyan.

Según ha podido saber Diario LA RIOJA, desde la Dirección General de Educación han hablado con ambas partes, tanto el profesor inspeccionado como la orientadora, por lo que el conflicto está en vías de solucionarse a través del diálogo, y sin necesidad de abrir un expediente o imponer sanciones.