Concentración en la UR contra los acuerdos con la UNIR

Entre silbatos, petos y banderillas y convocados por CCOO y UGT, medio centenar de personas se han reunido en el rectorado de la Universidad de La Rioja para protestar por el «atropello que el Gobierno, la UNIR y la propia UR están llevando a cabo con las enseñanzas en nuestra región», en palabras del secretario de Enseñanza de Comisiones, Pedro Antolín.

Tras el acuerdo entre el Gobierno riojano, la UNIR y la UR, los sindicatos están «indignados» por lo que consideran la «mercantilización de la enseñanza pública». Así, Antolín ha reivindicado que la enseñanza superior «no es un mercado, todos los alumnos y alumnas, tengan el dinero que tengan, tienen derecho a los estudios superiores públicos».

Por su parte, Adoración Cabrerizo, de la Federación de Servicios Públicos del Sindicato UGT ha criticado la «falta de transparencia» por parte tanto del Gobierno como, sobre todo, del rector de la UR. «Solicitamos al rector de la Universidad de La Rioja el contenido íntegro del acuerdo firmado y todavía no hemos recibido respuesta».

Otro problema para el que solicitan una solución es el riesgo de que los estudiantes de esta universidad tengan pocas plazas para las prácticas. «Hay que tener en cuenta que además de la UR y la UNIR en La Rioja hay otra universidad, que es la UNED, que también necesita esas prácticas», justifica Cabrerizo.

Miguel Ángel Muro, profesor de Filología Hispánica en la UR y mimebro de CCOO, ha afirmado que esta «no es la mejor forma de hacer las cosas». Y ha propuesto a la UR que haya «un mayor debate entre profesores y directivos» para mantener informados de este tipo de acuerdos a todos los involucrados. «Lo mejor hubiera sido una convocatoria, que el rector hubiera expuesto la situación y hubiera preguntado a profesores, estudiantes, personal de administración y servicios cuál era su opinión», finalizaba Muro.

Esta protesta sindical no va a ser la única. UGT y CCOO aseguran que no cierran ninguna vía para que se les escuche. «La siguiente ha de ser frente al palacete de Gobierno, para dejárselo claro al presidente de La Rioja», anunciaba Pedro Antolín.

El permiso del Gobierno a la UNIR para impartir clases presenciales provocó una «profunda decepción y malestar» en la Universidad pública de La Rioja, que mantenía el monopolio sobre este tipo de clases en la comunidad. Para paliar este sentimiento el Gobierno de La Rioja, la Universidad de La Rioja y la UNIR llegaron a un doble acuerdo. Por un lado, la UNIR no impartirá clases presenciales de grados que se cursen en la UR y, por otro lado, se creará una comisión en la que las tres instituciones (Gobierno, UR y UNIR) coordinen juntos la oferta educativa de la comunidad. Pero esto no parece suficiente para los que abogan por el debate, la información y la enseñanza pública.

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