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Más de 21.000 asalariados riojanos, el 18,5% del total, se encuentran a la espera de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los mil euros, que la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno de España aspira a consolidar hoy, ... con efectos retroactivos al 1 de enero.
Según la Encuesta Anual de Estructura Salarial del INE correspondiente a 2019, la última publicada, «el 25,7% de las mujeres tuvo ese año ingresos salariales menores o iguales al Salario Mínimo Interprofesional frente al 11,1% de hombres». En términos absolutos, y extrapolados esos porcentajes a La Rioja, son 15.446 mujeres y 6.303 hombres los que podrían ver aumentados en 35 euros mensuales los 965 actuales. Esto es, 37 euros al día o 13.510 euros al año (suma de catorce pagas), tras el último incremento aprobado en septiembre pasado.
Una cifra «simbólica, pero de justicia», para los principales sindicatos UGT y CCOO, en tanto que la Federación de Empresas de La Rioja (FER) advierte de que «no es el momento» de abordar esta revalorización, debido a que «gran parte del tejido empresarial español tiene una situación económica muy delicada y preocupante». CEOE, de la que forma parte la Federación de Empresas de La Rioja (FER), rechazó ayer por unanimidad en un comité extraordinario la propuesta del Ejecutivo.
Jaime García-Calzada | FER
Jesús Izquierdo | UGT
Jorge Ruano | CCOO
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El presidente de la patronal, Jaime García-Calzada, explica que «llevamos fuertes subidas en el SMI, en torno al 35%, en los últimos tres años, y hay que ser conscientes de que gran parte del tejido empresarial español tiene una situación económica muy delicada y preocupante». Por eso, desde la Federación de Empresas de La Rioja y desde CEOE consideran que «ahora no es el momento de abordar una nueva subida del SMI». «Los costes desproporcionados de la energía, de los carburantes, de las materias primas, de los suministros, etcétera –añade–, están poniendo a las pequeñas empresas y a los autónomos en jaque y contra las cuerdas». Por lo tanto, «no es oportuno un alza del SMI, puesto que puede provocar importantes consecuencias como la destrucción de empleo, tal y como ha advertido el Banco de España», dado que «los trabajadores menos cualificados y los jóvenes serán los más afectados».
Además, el Gobierno «quiere seguir aumentando el SMI una vez más y, sin embargo, no tiene voluntad alguna de revisar los precios de los contratos públicos, que siguen estancados, ni tampoco de frenar, de una vez por todas, otro tipo de gastos públicos innecesarios e improductivos que todos conocemos en la Administración». Así las cosas, «nos encontramos en una situación en la que recientemente se ha producido un fuerte incremento de las cotizaciones sociales a las empresas y llegan nuevas subidas de las cuotas de los autónomos, incluso ya se anuncia una subida fiscal desproporcionada para las actividades de los autónomos». «Y encima de todo esto, se siguen aprobando otros tipos de cargas, como un fuerte aumento de los impuestos medioambientales», denuncia el presidente de los empresarios riojanos.
García-Calzada quiere «dejar muy claro que los empresarios tenemos voluntad de negociación y que queremos seguir trabajando en la mesa del diálogo social sobre este tema del SMI y sobre cualquier otro tema con carácter bipartito con los representantes sindicales». Porque «las conversaciones y la negociación son fundamentales para nosotros». Ahora bien, «deben producirse siempre entre empresarios y trabajadores, nunca con imposiciones por parte de la Administración pública y del Gobierno».
Sin embargo, el secretario general de UGT-Rioja, Jesús Izquierdo, no contempla otro escenario que el de que la subida del SMI hasta los mil euros, a pesar del rechazo de las empresas y de los autónomos, porque «es un compromiso adquirido por el Gobierno con los sindicatos y con todos los ciudadanos» y es una de las claves «imprescindibles si queremos conseguir que el SMI alcance el 60% del salario medio».
A su juicio, este incremento «es una cuestión de justicia, sobre todo, para aquellos sectores que se han demostrado esenciales durante la pandemia y para los empleos más precarizados». Y, además, a su juicio, contribuirá a «la reactivación del consumo» en España.
Izquierdo rechaza de plano que este incremento del SMI se traduzca en una pérdida de empleos, como advierte la patronal, y añade que «la subida de la inflación debe reflejarse en los salarios», teniendo en cuenta que «el SMI es el salario de referencia».
Por su parte, el secretario general de CCOO en La Rioja, Jorge Ruano, incide en que el compromiso adquirido por el Gobierno de España es que el SMI alcance el 60% del salario medio al final de la legislatura y lamenta que la patronal «siempre quiera poner freno a los incrementos». Además niega que la revalorización conlleve una ralentización en la creación de empleo e incide, como su homólogo de UGT, en el papel que los salarios juegan como «motor del consumo, uno de los pilares para la reactivación de la economía».
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